La CUT señaló que la movilización se convocó para protestar por demandas que obedecen a la desigualdad imperante, mientras que el GORE lo relacionó con un clamor ciudadano que se expresó en su mayoría frente al conflicto educacional. La evaluación del llamado a las 48 horas de paro que convocó la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) el miércoles y jueves recién pasado, arrojó diferentes resultados para el Gobierno y los mismos organizadores conformados por diversos sindicatos y gremios de la región que cifraron el nivel de adhesión en números muy disímiles entre sí y , a su vez, no concordaron en el tema de fondo que empujó a la movilización.Para la multisindical, se trata de demandas que obedecen a la desigualdad del sistema imperante como una reforma tributaria, un cambio al sistema previsional y más financiamiento para la salud pública, entre otros, en cambio para el Gobierno Regional (GORE), un clamor ciudadano que se expresó en su mayoría frente al conflicto educacional, lo que se vio plasmado en las marchas y no en el paro, el que, de acuerdo a sus estimaciones, consiguió una adhesión de un 4% versus el 50% que evaluó la ANEF.
La opinión del intendente Arturo Storaker es que hay veces, como en esta oportunidad, que se presentan “contradicciones”. “A veces hay marchas que son grandes pero que el objetivo que la gente interpreta es otro, no justamente lo que ellos señalaban en sus folletos”, indicó, agregando que “lo que decía la gente en la calle de la marcha de la CUT era que principalmente estaba adueñado del tema de los estudiantes”, señaló.
A ello, el presidente de la CUT provincial, Dalivor Eterovic, respondió que es el Gobierno el que no ha podido entender que se trata de un movimiento transversal, que surgió a raíz de la decisión y organización de los estudiantes de ponerlo en la palestra, “pero siempre se ha tratado de un movimiento social, una acumulación de enormes injusticias por lo que nadie se ha colgado de un compañero”, dijo.
Siguiendo esta postura, la presidenta regional de la Agrupación Nacional de Empleados Fiscales, Jessica Bengoa declaró que el Gobierno, siempre intentaba “maquillar” las cifras, lo que a su juicio, ayer (jueves) no fue necesario porque el gatillante de la baja adhesión a la paralización por parte del sector fue justamente el instructivo enviado por la administración, lo que sumado a los despidos del sector público del año pasado generaron un clima de temor e incertidumbre para que los funcionarios evitaran plegarse.
Por ello, al igual que Eterovic, puntualizó en que las movilizaciones se acordaron en las últimas asambleas, a raíz de lo cual enfatizó: “No son decisiones antojadizas sino que tienen que ver con la necesidad de los distintos sectores de generar una agenda sindical, gremial, que incorpore esos temas y genere movilización, porque para los trabajadores la última herramienta que tienen son las movilizaciones”, concluyó.
