Durante la jornada de ayer, se realizaron los comicios en que los colombianos eligieron sus autoridades regionales. Los que resulten electos manejarán recursos y serán claves en la aplicación de leyes, como la que busca reparar a las víctimas del conflicto armado interno. De los 46 millones de habitantes, sólo unos 30 millones de colombianos están habilitados para votar en la elección de los gobernadores de los 32 departamentos, alcaldes para 1.102 municipios y miles de concejales.
Estas elecciones cobran importancia porque durante los comicios regionales los distintos grupos políticos miden fuerza en la disputa por ganar las gobernaciones y alcaldías más importantes y, eventualmente, proyectar movimientos y líderes hacia la presidencia de la república.
Al sufragar en una mesa en la céntrica Plaza de Bolívar de Bogotá, el Presidente Juan Manuel Santos invitó a la población a votar por los más capaces y contra la corrupción.
El Mandatario cuenta con una amplia coalición de partidos, desde su movimiento Partido Social de Unidad Nacional (Partido de La U), hasta Cambio Radical, el liberalismo, los conservadores y el Partido Verde, dejando sólo en la oposición al izquierdista Polo Democrático Alternativo.
De esta manera, el apoyo del Mandatario no vería mayores cambios en el respaldo regional a su gestión, porque no se anticipa que los opositores del Polo ganen en los principales bastiones, como las alcaldías de Bogotá o Medellín, segunda ciudad del país.
Los candidatos que sean electos en la jornada gobernarán del 1 de enero de 2012 al 1 de enero de 2015, serán claves en la implementación de normas como la llamada Ley de Víctimas, sancionada por Santos en junio pasado y que busca indemnizar a unas cuatro millones de personas y devolver unas dos millones de hectáreas a víctimas del despojo y la violencia del conflicto armado interno, que lleva casi 50 años.
Además, las gobernaciones manejan cuantiosos recursos por un aumento en las transferencias de dinero a las provincias, unos 15.000 millones de dólares, para obras públicas, así como millones en regalías por explotación de minas de oro y pozos petroleros, entre otros.
En el contexto de la violencia generada por las elecciones las autoridades confirmaron la muerte de Ariel Delgadillo, chofer del automóvil perteneciente al primer vicepresidente de la Cámara de Representantes, Albeiro Venegas, quien no estaba en el auto cuando fue atacado a balazos.
De la misma manera se produjo una pequeña explosión de un petardo que no dejó daños ni víctimas en Leiva, una localidad del departamento de Nariño. En Colombia los grupos rebeldes sabotean las elecciones y tratan de atacar a las autoridades militares y de policía.
La disputa que gana la atención nacional es la alcaldía de Bogotá que, con sus ocho millones de habitantes, no sólo es la ciudad más grande del país sino la de mayor presupuesto y la que ha servido en el pasado de trampolín a la presidencia, como en los casos del liberal Virgilio Barco (1986-1990) y el conservador Andrés Pastrana (1998-2002).
Bogotá encara varios problemas, como 20% de sus 15.000 kilómetros de vías sin pavimentar, aún cuando maneja el presupuesto más alto de las alcaldías del país: unos 6.000 millones de dólares anuales.
Aunque la tasa de homicidios se ubica en promedio en 20 por cada 100.000 habitantes, lejos de los 95 a 96 por cada 100.000 habitantes de mediados de la década de 1990, los robos y atracos se han incrementado, según los candidatos.