
El comisario Cristián Lobos, de la Brigada de Homicidios Metropolitana de la PDI -unidad policial que lleva un conteo a nivel nacional-, sostiene que hasta este año se han registrado un total de 51 casos.
En 18 ocasiones los fallecidos tuvieron la mala suerte de estar en la línea de fuego. O sea, fueron alcanzados por un proyectil de manera accidental, y de ellos, en seis episodios el deceso se produjo por una "bala loca".
Lobos explica que técnicamente existen diferencias entre ambos casos.
"Cuando dos sujetos o grupos se enfrentan a tiros y uno de los proyectiles da en una persona que no participa en el hecho, eso es un caso de 'bala loca'. Mientras que accidental es cuando, por ejemplo, dos personas que son amigos o familiares se encuentran manipulando un arma de fuego, ésta se dispara y da en el cuerpo del otro. O sea, no hay intención de disparar", señala.
De acuerdo al análisis, de los 18 episodios de muerte accidental de menores por bala que se han registrado en los últimos cinco años, en 15 ocasiones ocurrieron en la Región Metropolitana.
La comuna de La Pintana lidera la cifra con tres, seguida por San Bernardo y La Granja con dos. En regiones, los decesos se produjeron en San Antonio, Temuco y Valdivia.
Asimismo, en los años 2007 y 2008 se concentra la mayor cantidad de casos, con cuatro cada uno. En 2010 se registró sólo un incidente.
Los casos de este año
A la muerte del pequeño Vicente Covarrubias, quien viajaba en un bus del recorrido 211 del Transantiago junto a su padre cuando recibió un tiro en la cabeza, se suman otros tres este 2011.
El primer episodio ocurrió a sólo cuatro días de iniciado el año, cuando Andrés Gamboa Sagredo (14) estaba en la casa de un amigo de 15 años, en la comuna de La Florida.
Éste último le mostró una escopeta, la que se disparó accidentalmente dándole en el pecho. El autor del tiro quedó bajo la tutela del Servicio Nacional de Menores (Sename).
El día 29 de ese mismo mes, Guillermo Nicolás Pinto Ramírez, de sólo tres años, fue alcanzado en la cabeza por una bala mientras estaba en el interior del auto de su padre, en la comuna de La Pintana.
El proyectil iba dirigido a su padre, quien fue atacado por un sujeto que lo acusó de mantener una relación sentimental con su mujer. El pequeño fue trasladado al Hospital Sótero del Río donde falleció. El agresor fue detenido.
El 24 de febrero pasado, la escolar Leslie Valentina Ojeda (10) fue víctima de un postón, disparado por una prima de 18 años, que jugaba con un rifle.
El proyectil ingresó por el cuello y se alojó en su cabeza. Los esfuerzos de los profesionales del consultorio Lucas Sierra de Conchalí fueron en vano.
Pese a lo anterior, el comisario Lobos asegura que, según las estadísticas de su unidad, la edad que más se repite entre los fallecidos por baleos accidentales es los 15 años.
De acuerdo al jefe policial ello se debe a que debido al rango etario.
"Los adolescentes tienen más libertad para estar fuera de sus casas, hay mayor flexibilidad respecto del horario. También su círculo social es más amplio que la de un niño de 7 o 10 años", explica.