
Cerca de un mes, estos cuatro científicos, investigaron acerca de la evolución de la formación de los suelos, a través de las costras biológicas constituidas por diversas comunidades (líquenes, musgos, hepáticas y algas), en la Península de Fildes, en la Isla Rey Jorge, de las Islas Shetland del Sur. Parte de los objetivos de este trabajo, también es determinar el efecto del guano de pingüinos, ya sea de forma directa a través de heces, o indirecta, a través del amonio disuelto en las precipitaciones, en la distribución de la vegetación y la actividad fijadora de nitrógeno de las costras biológicas.
El investigador del Cequa, Juan Carlos Aravena, reconoce que “la experiencia fue muy buena, sobre todo por las condiciones de trabajo que encontramos en la Antártica, ideales para el tipo de preguntas que queremos contestar. Además, el apoyo logístico recibido de parte de INACH fue eficiente e hizo que las condiciones de trabajo fueras muy satisfactorias”.
En la Península de Fildes se encuentran una secuencia de terrazas producto del levantamiento de las costas, luego del retiro de las grandes masas de hielo que cubrieron estas islas. Es justamente esta condición la que han encontrado los cuatro investigadores y que posibilita tomar datos de terrenos, que se extienden por los últimos 8 mil años.
Cecilia Pérez, Cristóbal Ivanovich y Juan Carlos Aravena volverán el próximo año para seguir dando respuestas a cómo ha ido evolucionado la formación del suelo, utilizando como laboratorio la Antártica Chilena, en un proyecto que tiene aún tres años de vida.