
El dictamen del ente fiscalizador fue que la medida tomada por Mimica, que tenía como objetivo evitar que los miembros del concejo requieran directamente información a la Unidad de Control, sería arbitraria e ilegal, dado que entre las funciones de dicha unidad está la de entregar respuestas por escrito a las consultas o a las peticiones que formule un concejal.
Por lo que se autoriza a los concejales individualmente a solicitar información a la Unidad de Control sin que el proceso sea mediado por el alcalde. Quien aseguró estar muy conforme con la resolución de la Contraloría fue Roberto Sahr, “esto demuestra que una vez más Mimica se equivocó, al querer coartar la libertad de información del concejo”, afirmó.