
Según los presentado a los tribunales, el fiscal Carlos Palma sostiene que el acusado “realizó actos de relevancia y significación sexual en perjuicio de las víctimas, abusando de la confianza y relación de dependencia que existía entre ellos y el imputado, por ser éste el director del colegio en el cual estudiaban, y por ende era el encargado de su educación. Además, ejercía como guía espiritual de las víctimas en su proceso de formación vocacional sacerdotal en que se encontraban”.
La Fiscalía está solicitando al tribunal que condene al acusado y aplique un castigo de 10 años de presidio, más otros 10 años de vigilancia de la autoridad, una vez cumplida la pena principal.
Asimismo, se está pidiendo que se le inhabilite a perpetuidad para ejercer cargos en ámbitos educacionales, que involucren una relación directa con menores de edad.