
Especialistas llaman a consumir los alimentos lo menos procesados posible, por ejemplo hacer un puré con papas reales, en vez de las envasadas. Elevar el consumo de grasa “buena” que proviene de la palta, frutos secos, pescados y aceite de coco. También se busca reducir el consumo de aceites hidrogenados, que actualmente se utilizan para cocinar y la elaboración de otros productos como la margarina. Aumentar el consumo de frutas y verduras, al menos tres porciones al día, y variar la elección. Consumir dos litros de agua al día, y disminuir el consumo de gaseosas, y productos que contengan harina y azúcar refinada. Además, hacer ejercicio al menos media hora tres veces a la semana.