Trovador urbano canta en Fiesta de los Abrazos

General
09/02/2013 a las 09:23
A inicios de los años ochenta, los casetes de Eduardo Peralta en Punta Arenas eran tan escasos y preciados como la democracia. Una época en que el diferido gobernaba, y Televisión Nacional –único canal- transmitía con uno o dos días de retraso las noticias y algunos programas tenían el sabor añejo de una semana de desfase. La historia es un rompecabezas que años después el azar junta…
A inicios de los años ochenta, los casetes de Eduardo Peralta en Punta Arenas eran tan escasos y preciados como la democracia. Una época en que el diferido gobernaba, y Televisión Nacional –único canal- transmitía con uno o dos días de retraso las noticias y algunos programas tenían el sabor añejo de una semana de desfase. Así y todo algunas canciones filtraron la dificultosa geografía y la música del trovador urbano llegó y se instaló en algunas peñas. Cantores como Claudio Chávez -hoy profesor de música-, las interpretaban; otros utilizaban el tema “Canción de amor contigo y con todos” para seducir.
Un verdadero himno que pregona en su letra: “Si debo hacer una caricia preferiría que fuera a ti. Si tengo que dar algún beso busco tu boca y lo dejo allí. Si es necesario hacer futuro desde tu cuerpo lo inventaré… Si ando buscando una sonrisa sé que en tu rostro la puedo hallar. Si ando perdido en esta noche tus ojos claros me han de alumbrar…”.
Una historia que las generaciones actuales conocieron hace poco tiempo, en la serie “Los 80” que transmite en la actualidad Pingüino Multimedia.
“Fue una canción muy íntima, muy de esos tiempos, un amor importante, ligado a los sueños y esperanzas de aquellos años... En dos temporadas de “LOS 80”, Boris Quercia me invitó a cantarla en un set que imitaba el Café del Cerro... ¡Emocionante! Es divertido, pues mucha gente se casó con esa canción, entonces algunos vienen a los conciertos -los lunes, por ejemplo- y me la piden, y a veces me presentan a sus hijos...”, explica Peralta.
Tanto gustó el tema “Canción de amor contigo y con todos” que hoy algunos le reclaman por amores que no resultaron. “El problema es que a veces llega gente a pedir explicaciones, entonces yo los remito a un tema más reciente y postmoderno: Canción a tu ex-Marido”.
“El día que me dijiste que tu ex marido venía a cenar, me puse furioso y triste, y estuve a punto a un tris de empacar. Qué tonta fue mi pelea, tu ex marido tiene un gran imán, me dio vuelta las ideas, porque es todo un ‘gentleman’. Me cae bien tu ex marido invítalo más seguido es un tipo divertido…”, dice la letra de la canción.
Él mismo se define como trovador: “Trato de valerme artísticamente sólo de mi voz y mi guitarra, darle protagonismo a las cuerdas, eso es lo que más me llena el alma”.
Pronto a cumplir 55 años de vida, Eduardo Peralta, todavía mantiene fresca la imagen de sus inicios: “Fue en la Parroquia Universitaria, el año 1978, yo temblaba como una hoja... pero canté seis canciones y la respuesta del galpón lleno, unas 400 personas, creo, fue increíble... canté Navidad, Juan González, El Hombre es una Flecha…”.
Asegura que eran tiempos peligrosos en que la crítica aparecía desterrada de la conciencia oficial y las peñas. “Claro que era difícil, yo recibí algunas llamadas telefónicas de amenazas muy groseras. Mi pobre familia sufría, tengo una familia más bien conservadora...”, precisa Peralta.
En pocos segundos sus dedos suben, bajan, saltan por el diapasón y los trastes de la guitarra. El acto sencillo es un espectáculo que se repite todos los lunes, en el Mesón Nerudiano, donde ha invitado a casi 300 colegas. Ya ha hecho más de 500 “Lunes Brassensianos”, creando una referencia de la trova latinoamericana y francófona en el Barrio Bellavista, junto a un público habitué que a veces reserva incluso mesas desde el extranjero, por email.
Es tanto el vínculo con George Brassens que el país galo lo reconoció con los premios Chevalier des Arts et des Lettres y Grand Prix SACEM de los Autores de Francia. Claudio Arrau, Francisco Coloane, Jorge Edwards, Ángel Parra, Oscar Castro, y Pablo Neruda, son algunos de los chilenos reconocidos con la medalla.
¿Cómo llegaste a Georges Brassens?
“Una amiga me hizo escuchar dos canciones del gran trovador francés, poco antes de partir a mi primer viaje a Europa, periplo iniciático que me confirmó en mi vocación trovadoresca, y donde varios amigos chilenos, franceses y belgas me hicieron descubrir la poesía y el humor filosófico de Brassens. Hasta hoy lo sigo cantando, grabé un CD con mis versiones, y un DVD en vivo cuya mitad está dedicada también a Brassens, y ya superé los 500 Lunes Brassensianos en el Mesón Nerudiano (más de 14 años)... Esas adaptaciones me hicieron ganar dos de los premios más importantes de mi vida: La medalla de Chevalier des Arts et des Lettres y el Grand Prix SACEM, ambas de Francia”.
Canta desde 1999, todos los lunes, en el Mesón Nerudiano.
¿Encuentras un parecido entre París y Punta Arenas?
“Punta Arenas y París son muy diferentes, pero ir a cantar a ambas es siempre una alegría y una aventura. En todo caso, ¡París no tiene los paisajes de ustedes! Me encanta ir a Punta Arenas, y también he cantado en Puerto Natales, y en algunas oficinas petroleras de Tierra del Fuego... Punta Arenas es una ciudad colorida, diversa en su origen y en sus bellos paisajes, con gastronomía deliciosa -que espero degustar en esta visita- y además una historia impresionante, de gestas dolorosas y valientes, y una gratísima respuesta al estímulo musical.
Los últimos conciertos, como trovador primero y luego como payador con Pedrito Yáñez, han sido muy estimulantes, buenos para la autoestima!!! Y aquellos jubilosos y comprometidos conciertos de los 80 en la Pincoya del recordado Jorge Trelles, se me vienen a veces con nostalgia a la memoria”.
¿Por qué pasas del periodismo a la música... cuéntame de esa experiencia?
“Estudiaba en la UC, Periodismo, con profesores como el Cardenal Medina y Manfredo Mayol, yo notaba que no iba a aprender las cosas que me interesaban, y además ya estaba componiendo y cantando mucho, así que opté por la música a fines del 79 y me fui a Europa. En todo caso, recuerdo con cariño a algunos profes: Alfonso Calderón y Augusto Góngora (después los echaron) y Juan Domingo Marinello”.
Tus temáticas en su mayoría son urbanas y de situaciones simples, pero hay una profundidad que sorprende... ¿de dónde viene... cómo nace esa inspiración, a quién le cantas cuando cantas?
“Yo empecé leyendo y escribiendo poesía, sonetos, décimas, y al principio de mi oficio de trovador musicalicé poetas chilenos, Castro, Pezoa Véliz, Parra... de modo que mi interés por un texto bien trabajado fue temprano... Sólo hace cuatro años retomé aquellas musicalizaciones, agregué otras y salió el CD 21 Poetas Chilenos, repertorio que he paseado por varias Ferias del Libro.
Le canto a lo que me inspira una canción, que es casi todo, desde los personajes cotidianos, el amor, los niños, los objetos semivivos -los zapatos-, la historia, las contradicciones sociales, la amistad... el canto se debe a todos los temas”.
¿Qué intérpretes crees hoy siguen tu línea musical?
“Más bien veo una diversidad muy interesante en la novísima trova de Chile, desde Pascuala Ilabaca hasta Pancho Villa, desde Pato Anabalón hasta Camila Moreno, desde Tata Barahona (que cantará el lunes 11 conmigo en el Mesón) hasta Evelyn Cornejo, desde Magdalena Matthey hasta Vicencio Navarro, desde Elizabeth Morris hasta Nano Stern, etc.”.
¿Qué piensas del Chile actual? ¿Cómo es vivir en Chile para un músico, un creador... qué sociedad piensas estamos construyendo?
“Es difícil, pero no hay que desmayar, hay que crearse circuitos, darse a conocer, no tener miedo de la vida social, viajar, compartir escenarios... eso a mí me ha dado bellos frutos, y lo sigo practicando (más de 120 ciudades chilenas y 60 ciudades de 25 países y 4 continentes... y 300 artistas invitados a mis Lunes Brassensianos).
La sociedad está demasiado individualista, creo que la canción, el arte y la cultura pueden devolverle algo del encanto, de la utopía, de los sueños que parecen extinguidos, pero sin embargo están vivos en muchísima gente, lo que se ha podido palpar en este último tiempo no sólo en Chile sino en varios países”.
A inicios de los ochenta también, en el Parque María Behety, varias familias comenzaban el año con los tradicionales corderos al palo, juegos y canciones populares. Todo parecía espontáneo pero eran tiempos de “clandestinidad y los compañeros no podían visitarse en sus casas, entonces inventaron esta forma de reunirse y darse el abrazo de año nuevo.
Mañana el azar junta a Eduardo Peralta y su música que muchas veces se tocó clandestina en el parque María Behety

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