
Rocas ardientes brillantes se podían ver por kilómetros a medida que entraban a la región de los Urales, dejando una enorme estela de nubes.
Residentes de Chelyabinsk reportaron temblores de tierra, ventanas destrozadas y alarmas de coches que se disparaban durante la lluvia de meteoritos.
Las huellas de la caída de objetos pueden verse en Yekaterinburgo, a unos 200 kilómetros al sureste de Chelyabinsk, dijo un testigo a la agencia de noticias Reuters.
Al menos 100 personas -muchas heridas por vidrios rotos- han sido trasladadas al hospital para recibir tratamiento, dijeron funcionarios médicos de la ciudad en la zona central rusa.