No terminar la carrera es parte de la aventura. Los trayectos son complejos, difíciles, a veces imposibles, tanto que parecen repetir la historia fundacional de la Región de Magallanes, Cuando intrépidos expedicionarios avanzaban por caminos desconocidos, agrestes y donde muy pocas veces cumplían con la meta.
Entonces cada acontecimiento bautizó la toponimia del lugar: Puerto del Hambre, Bahía Inútil, Provincia de Última Esperanza, Isla Desolación, entre tantos otros nombres que encierran la memoria de navegantes, descubridores e intrépidos expedicionarios. Todos relatos antiguos que se reeditan en el Patagonian Expedition Race, la carrera más salvaje del planeta. El evento que se desarrolla desde el año 2004, fue destacado en 2012 por National Geographic como una de las diez carreras más grandiosas del mundo, la única seleccionada de Latinoamérica y que partió desde Puerto Natales el 12 de febrero a la cero hora. Desde ese momento y por un período aproximado de diez días, los competidores ponen a prueba su concentración, orientación y destreza física.
Hoy el Patagonian Expedition Race es un evento de clase mundial que ha logrado una extraordinaria cobertura mediática global, sumando en el 2011 más de 1.500 horas de TV distribuidas en más de 170 países. Pero más allá de las horas, “lo realmente importante son los contenidos asociados a éstas, en este sentido el evento se ha destacado por la fortaleza de sus conceptos vinculados a geografía extrema, experiencia de vida y conservación”, explica Stjepan Pavicic, magallánico creador del evento.
Ya suma once ediciones consecutivas, sumando atletas de más de 25 países y recibiendo en su Web oficial visitas desde más de 7.000 ciudades distribuidas en más de 160 países, hoy en día el Patagonian Expedition Race es un clásico en los calendarios internacionales.
Este año la carrera ha sido difícil. Pero igual el Día de San Valentín, se tomaron al menos unos minutos los competidores para darse un abrazo y festejar simbólicamente el Día del Amor, en medio de paisajes salvajes, prístinos, tocados con la varita mágica de la belleza. Entramos en la intimidad de algunas historias de antología que nacieron en el Patagonian Expedition Race…
A Jason Magness, la idea le rondaba hace tiempo, buscaba el momento y el lugar preciso y llegó justo en la ceremonia de clausura del Patagonian Expedition Race, el año 2010.
“Quieres casarte conmigo”, preguntó a Chelsey Gribbon, delante de todos los asistentes al cierre del evento.
La historia de la pareja de los “Gearjunkie-Yogaslackers” emocionó a todos los presentes, y el “sí” de ella fue rotundo y categórico.
Pero el matrimonio se realizó al año siguiente, en una cueva en el Océano Pacífico. Todos los invitados tuvieron que nadar para poder ingresar al lugar de la ceremonia.
En el presente año, gran parte del apoyo lo han recibido sólo de empresas locales como Bus Sur, Café Karukinka, Imago Mundi, y hostales y hoteles: Hotel Hain, Hostal Oro Fueguino, Hain, Patagonia, Victoria, Rey Don Felipe, Traga Luz.
Así también algunos municipios como Río Verde, Punta Arenas, Cámara de Turismo de Puerto Natales, entre otras