
Hasta la Iglesia Catedral llegaron casi 200 personas en busca del ya tradicional ramo de olivo, signo de la participación gozosa en el rito procesional, expresión de la fe de la Iglesia en Cristo, Mesías y Señor, que va hacia la muerte para la salvación de todos los hombres. Es por eso que este domingo tiene un doble carácter, de gloria y de sufrimiento, que es lo propio del Misterio Pascual.
Bernardo Bastres dijo que como cada año con el Domingo de Ramos se daba inicio al misterio de la fe cristiana. “Es decir el Jesucristo que padece, que muere y que resucita. De hecho la Iglesia celebra hoy (ayer) la entrada triunfante de Jesús en Jerusalén. El jueves la institución de la Eucaristía, el viernes la muerte, el sábado es el día de la esperanza y el domingo de la resurrección. También se le suele llamar a este fin de semana el Triduo de Semana Santa, porque abarca la pasión, la muerte y resurrección del Espíritu, que es lo más esencial que tiene nuestra fe en el Señor”, expresó.
Monseñor Bastres hizo mención a su homilía, en esta nueva celebración del Domingo de Ramos. “Creo que el mensaje es seguir un poco la pasión del Señor, darnos cuenta que la pasión que vivió Jesús, es la que viven hoy tantas personas. Es decir, la manera en cómo es arrestado, juzgado, la forma en que de alguna manera tienen que dar testimonio, ante nosotros, es como le sucede a tantos hoy. Es decir, el Señor en eso nos da algunas características, que ya en esa época él se daba cuenta que decir ciertas palabras era algo inútil, porque ya estaba juzgado antes de entrar al tribunal y por lo tanto calla, porque no pierde el tiempo. Yo creo que hoy esa sensación la tienen muchos en muchas partes, que parece ser más importante lo que se dice, lo que hay, que de repente escuchar a las mismas personas”, señaló.
Finalmente recordó que durante este fin de semana igualmente se conmemoran los 20 años desde que su Santidad Juan Pablo II visitó la ciudad de Punta Arenas. “Yo creo que ciertamente será tal vez el hito más importante de los últimos 50 años y si no es el de nuestra presencia entera aquí en esta región. De pensar que el romano Pontífice llega hasta este lugar y viene precisamente para recordarnos que la paz se construye en el diálogo, en el respeto, en la amistad, me parece que la experiencia que aquí se ha hecho, de haber invocado la autoridad del Papa para mediar entre Chile y Argentina, ha sido un ejemplo para muchos países de América Latina”.