El “Pulpo” y sus sueños

General
27/04/2013 a las 09:04
Nació con epilepsia y hemiparesia que le dejó semiparalizado el lado derecho, pero le ganó a la adversidad, a fuerza de ritmo y constancia: “La batería es mi sanación”, dice orgulloso el músico. La primera vez que José Velásquez Herrera sintió la sensación de flotar en un mar de ritmos fue a los tres años. Un tío lo sentó en una batería:
-No me bajé más –asegura y lanza unos movimientos al aire como si tuviera una baqueta en la mano-. Sellé para siempre el amor con la música y a diferencia de muchos preferí el tambor a la pelota.
Desde entonces, cada vez que toca la batería los brazos se le multiplican, de ahí que en el ambiente rockero del principio del mundo, reciba el apodo de “El Pulpo”.
Pero además de placer, la batería ha sido una terapia rehabilitadora. Nació con epilepsia y hemiparesia, una disminución del movimiento sin llegar a la parálisis.
“La batería fue mi sanación. También me ayudó con el pie equino varo”, señala y su pierna agarra el ritmo como si golpeara el pedal, y aunque se le nota levemente al caminar, porque el peso recae en el tobillo, está orgulloso de sus logros.
A los seis años sus padres le regalaron la primera batería. Y a los doce lo pusieron entre la espada y la pared, en una elección difícil: “¿Supernintendo o una mountanbike?”. Rechazó las dos opciones: “quiero una batería”, dijo e insistió hasta el cansancio…
A los 14 años tocó en el Teatro Municipal la Oración a Magallanes. Y en su primera etapa estudiantil armó y desarmó bandas. “Ninguna lograba trascender en el tiempo, eran breves, fugaces… recién a los 16 años tuve la primera seria que duró de 1998 al 2004. Siempre tocando rock latino… después seguimos con el estilo Grunge, tocando la música de Nirvana, Pearl Jam, incluso recuerdo harto de Foo Fighters…”, dice y se pasea por movimientos, períodos y grupos, con una memoria fotográfica.
“Gran parte de lo que he escrito y compuesto ha sido con Carlos Díaz, que hoy está en Volantín de Acuarela”, precisa y entrega un dato para los curiosos: “El año 2000 hice el primer demo, con temas propios… en total 15, se puede googlear”.
Quiero comenzar una banda, pero no es fácil transitar entre el trabajo y el estudio.
“Todos los días toco… es mi terapia, puerto de escape… uno entra en una catarsis, todo lo malo se va… voy a tocar hasta que muera, tal como se lo prometí a mi maestro, Néstor Castro Mascareño antes que parta al otro mundo”, asegura.
Mientras tanto sigue sentado en la batería… “Tengo una pequeña hija, Florencia, que me roba los sueños, con ella paso horas escuchando rock, es mi principal fan”.

PUBLICIDAD

Pingüino Multimedia entrega este espacio a su público para la expresión personal de opiniones y comentarios apelando al respeto entre unos y otros desligandose por completo por el contenido de cualquier comentario emitido.

Comentarios


comments powered by Disqus
Más noticias
PUBLICIDAD
PUBLICIDAD