
La colonial comarca, tenía sólo una calle: María Isabel. Hoy se llama Magallanes, siendo la vía más antigua de la ciudad. En torno a esa calle, el coronel Mardones, ordenó levantar casas, el hospital, la residencia del cura párroco, la casa del capataz del ganado y el cuartel de la Compañía de Artillería que cuidaba a los relegados y presos de la pequeña colonia penal de Punta Arenas. También se construyó el primer edificio de la gobernación que tenía 26 dependencias y un patio central, a la usanza de las construcciones coloniales españolas.
José de los Santos Mardones, fue el cuarto gobernador que tuvo el territorio de Magallanes, recibiendo el mando del mayor de Ejército, Pedro Silva.
Cuando se incendia el caserío de Fuerte Bulnes, se encontraba en el Estrecho de Magallanes, el bergantín “Cóndor” de la Armada Nacional, al mando del marino, Patricio Lynch, luego héroe de la Guerra del Pacífico. Mardones y Lynch deciden realizar la mudanza de los colonos; unos por tierra y otros por mar.
Hacia marzo de 1849, en la colonia de Punta Arenas, vivían 338 personas, 176 hombres, 77 mujeres y 85 niñas y niños, consigna Manuel Zorrilla en su libro “Magallanes en 1925”.
José de los Santos Mardones, fue gobernador del territorio de Magallanes hasta el 24 de abril de 1851, entregando el mando a Benjamín Muñoz Gamero.
Mardones, fundador de Punta Arenas, nació en San Felipe a fines del siglo XVIII. Con el grado de capitán estuvo en la batalla de Maipú y también en campañas militares en el Alto Perú y en Argentina. El militar, al dejar el estrecho, fue nombrado por el Gobierno de Chile, gobernador de la ciudad de Ovalle. Con el grado de coronel de Ejército, Mardones, muere en 1865.