Campesinos, puesteros y obreros celebraron Día del Trabajo en Río Verde

General
04/05/2013 a las 11:38
Un Día del Trabajo distinto celebraron en Río Verde: Un campañista homenajeó a las empresas del lugar, “En 30 días me ayudaron a construir mi casa que fue arrasada por las llamas”, señaló con voz temblorosa, Pedro Paillán. En un domo habilitado especialmente para conmemorar el Día Internacional del Trabajo, la Municipalidad de Río Verde entregó reconocimiento a trabajadores y empresarios. “Nuestro municipio seguirá cumpliendo un rol fundamental en la promoción, ejecución y articulación de acciones de capacitación. Insistiremos en la oportunidad de insertar a la comunidad en ámbitos como la minería, salmonicultura, construcción, rubro forestal y turístico”, afirmó Tatiana Vásquez, alcaldesa de Río Verde.
Asimismo, aseguró que “la capacitación más que un proceso de aprendizaje es una inversión en talentos que conlleva a mejorar el rendimiento, la calidad del trabajo, eleva la productividad empresarial y debiera aumentar el nivel de las remuneraciones”.
El evento fue amenizado con la interpretación de la soprano del programa de Televisión Factor X, Katherine Vargas. Más tarde, el grupo Los Charros de Lumaco fueron la encargados de entretener a los asistentes.
En la ocasión, el municipio también hizo un reconocimiento a cuatro trabajadores de la comuna que durante un extenso período laboraron en la Estancia Río Cañadón. El campo fue vendido y el dueño se trasladó junto a sus trabajadores: Facundo Márquez, José Miranda, Arturo Aquintuy y Fernando Aguilar al centro ganadero de Gerónima, en la comuna de Puerto Natales.
Río Verde es una comuna joven que todavía no cumple 33 años, pero que goza de una historia más antigua; a fines del siglo XIX, en medio del coigüe, la lenga y el chilco, lograron coexistir la explotación carbonífera y la ganadería. Y avanza en el reencuentro, según lo señalan sus esforzados habitantes.
Para Raúl Cárcamo, Campañista del Fundo Anquel. El 1 de mayo es la oportunidad de reencontrarse con sus compañeros de otras estancias: “Jugamos Rayuela, bailamos… y nos damos un tiempo real para el descanso. Cada día son menos los que se quedan en el campo, la gente joven está emigrando”, cuenta.
Caso que no refleja Juan Paredes, jinete y campañista de la Estancia Tita, en Isla Riesco. “A mí me encanta el paisaje, el lugar, realmente no lo cambiaría por nada”, señala.
Hoy, con una mayor y mejor tecnología, el municipio local quiere demostrar al mundo que es posible desarrollar una convivencia sustentable, sumando al turismo y a otros sectores productivos a la tarea de preservar el paisaje para las futuras generaciones.

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