Doce años se cumplen hoy de la desaparición del estudiante del Liceo Salesiano San José, Ricardo Harex González. La madrugada del sábado 19 de octubre de 2001 se retiró de la fiesta de cumpleaños de un amigo, en un quincho de calle Caupolicán, supuestamente rumbo a su domicilio, pero en el trayecto desapareció y nunca más se supo de él. No quedó el más mínimo vestigio o pista que le permitiera a la policía dar con su paradero.
Cada 19 de octubre el tormento para los padres de Ricardo, Sergio y Margoth, es el mismo.
Lo que más la angustia, señaló a Diario El Pingüino, “es que le prometí que lo iba a encontrar antes de irme al otro mundo, pero todavía no lo puedo cumplir y eso me produce mucha pena”.
Ricardo tendría hoy 29 años de edad, “y seguramente se habría recibido de ingeniero industrial, que era lo que quería estudiar”, recuerda angustiada Margoth González.
La misa que todos los años organiza el San José será el próximo viernes 25, al mediodía.
La mujer se aferra al dicho de que “la esperanza es lo último que se pierde”. Por eso, “mi único sueño es que aparezca Ricardo, como sea, pero que lo encuentren. En eso estoy muy tranquila porque confío plenamente en la ministra en visita, Marta Pinto, de que va a llegar al final de esto. Con ella hay un antes y un después. Empezó de cero, y por eso le ha sido tan difícil unir el rompecabezas”.
Hijo único
Margoth contó que cuando su hijo tenía cinco o seis años de edad, y empezó a asistir al colegio, “muchos de sus compañeros tenían hermanitos y nos pedía uno. Ricardo siempre quiso tener un hermano, entonces me embaracé, pero lamentablemente perdí el bebé. En esos momentos pensé, no más, sino fue es porque Dios no quiso”. Por eso a Ricardo, que fue hijo único, lo recuerda todos los días.