
La madre, al llegar a Punta Arenas el 4 de noviembre, notó muy demacrado a su hijo, quien le contó que había discutido con Ruth y que ella salió llorando con paradero desconocido. “Lo noté muy nervioso y el 5 de noviembre, luego de almorzar, noté que quería decirme algo ya que me hizo muchas preguntas. Como qué haría yo si encontraban fallecida a Ruth y él fuera culpado por esto. También me preguntó si cuidaría a sus hijos y que nos los dejaría abandonados. Ahí fue cuando noté que algo tenía que ver con el asunto. Enseguida se paró y se fue al sillón. Me dijo mamá siéntate acá, me abrazó y dijo perdónenme. Inmediatamente le pregunté si había sido él y me respondió: “sí, fui yo”.
Ante la consulta de cómo había sucedido esto, le comentó lo de la discusión porque le encontró el papel con un mensaje de la tercera persona. “Le preguntó hace cuánto tiempo le era infiel y ella le respondió: hace unos meses”, lo que despertó la ira del hijo.