
A raíz del desastre, el Presidente Benigno Aquino declaró el estado de calamidad en el país.
En las calles de Tacloban -una de las ciudades más golpeadas-, sembradas de víctimas, escombros, árboles y cables caídos, impera la ley del más fuerte. El Gobierno arroja bolsas de 50 kilos de arroz sobre las que se abalanzan los sobrevivientes del devastador tifón que arrasó hace tres días al país asiático. Los equipos de limpieza para desobstruir los pasos, sobre todo en zonas que quedaron aisladas, para permitir la llegada de ayuda.
El vocero de Defensa Civil, Reynaldo Balido, afirmó que el restablecimiento del orden en Tacloban y otras áreas es una de las “principales prioridades”, mientras la Policía Nacional y el Ejército envían a la zona efectivos de refuerzo para intentar asegurar la paz y el orden, aunque los habitantes se quejan de la prácticamente nula presencia de personal de seguridad.
Tacloban está inmerso en la desolación. La gran mayoría de las casas están totalmente destruidas y casi no queda vegetación en pie. Según cálculos de la Policía, Haiyan terminó con más del 70 por ciento de los edificios. “Fue como un dragón enorme que llegó y se lo llevó todo en un momento”, graficó Beverly Cabillo, una sobreviviente.
“Nos refugiamos en casa porque pensábamos que el tifón no iba a ser tan intenso, pero al poco tiempo empezó a arrastrar el techo de nuestra casa”, recordó. Ella y su familia se guarecieron en la casa de un vecino con una silla en la cabeza para evitar ser golpeados por la inmensa cantidad de objetos arrastrados por el viento, que el viernes llegó a superar los 300 kilómetros por hora.
Aunque los vecinos se quejan de la falta de ayuda, un equipo del Ministerio de Infraestructura se encuentra en la ciudad limpiando los accesos para permitir la llegada de comida y bienes de primera necesidad.
Un avión de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos llegó esta tarde a la ciudad, cuyo aeropuerto reabrió hoy de manera parcial, con grandes cantidades de agua, mantas, paquetes de comida y generadores eléctrico provisionales.