Guillermo Jesús Castiglioni y Mario Óscar Martínez, jamás imaginaron que el viaje por tierra, desde Buenos Aires a Ushuaia, los dejaría privados de libertad. Los ciudadanos argentinos, Guillermo Jesús Castiglioni, 40 años de edad, y Mario Óscar Martínez, 54 años, podrían quedar privados de libertad por los próximos 10 años, si la justicia los llega a encontrar culpables y condenar a la pena que el fiscal Oliver Rammsy está pidiendo para ellos, en la acusación que presentó ayer por el delito de tráfico de drogas.
Los extranjeros fueron detenidos el pasado 14 de agosto, alrededor de las 16.30 horas, en el paso fronterizo de Monte Aymond, dentro de la zona jurisdiccional de la Dirección General de Aduanas de Punta Arenas.
En ese lugar, personal de dicho servicio junto a funcionarios del SAG, dentro de las funciones fiscalizadoras que les competen, procedieron a revisar el camión en el que viajaban ambos y que era conducido por Castiglioni.
Durante la revisión, el personal de Aduanas encontró cinco bultos negros embalados con cinta adhesiva, dos de ellos correspondientes a mercancía internada ilegalmente, como contrabando de carne y cigarrillos. Además encontraron otros 30 paquetes, del tipo ladrillo o bloque, todos envueltos en papel especial y con cinta de embalaje, cada uno de los cuales tenía marihuana paraguaya prensada. Y escondido, bajo una cama tipo litera de la cabina del conductor, los funcionarios hallaron otro paquete envuelto en papel film y cinta de embalaje transparente, que contenía cocaína. Una venía en polvo y la otra compactada como tiza.
Por disposición del fiscal, personal del OS-7 de Carabineros confirmó que se trataba de marihuana y cocaína. Casi 24 kilos la primera y 535 gramos la segunda.
Rammsy acusa a estas personas de cometer un delito de tráfico de drogas, en grado de consumado.
Muy afectado
Guillermo Castiglioni fue quien se mostró más afectado el día de la formalización de cargos. “No tengo antecedentes policiales y no consumo. Esto me pasó por confiar en la gente y por eso ahora estoy acá”, declaró.
Mario Martínez, tío del conductor, tomó esto “como un balde agua fría para mí”. No pensó que por acompañar al sobrino en este viaje terminaría presó al sur de Chile. Dijo que lo pasaron a buscar a su casa, se subió al vehículo, y jamás imaginó que en la cabina venía droga.
Mientras que el chofer aclaró que “las cajas no las traía escondidas”; y que si hubiera sabido lo que contenían, o si se dedicara al tráfico, “las hubiera escondido en la carga”. Pidió que averigüen sus antecedentes, “no tengo nada”.