Las falencias se vinieron repitiendo con el correr de los días, huellas digitales que no correspondían, números cambiados y varios otros detallitos, que no dejaron nada de bien al sistema francés de la firma Morpho, encargada de entregar el servicio.
La Contraloría General de la República ordenó una investigación, a fin de auditar la manera en que opera la entrega de dichos documentos de identidad, y establecer si se produjeron irregularidades.
Insólito
“Sólo en América” reza un dicho, que en este caso podría reducirse a eso de “Sólo en Chile”. Sin embargo, pasa hasta en los mejores países.
Hace unos días una insólita noticia dio la vuelta al mundo: un ciudadano de la República Checa apareció en su cédula con un colador en la cabeza. Si, un colador, de los mismos que se utilizan en la cocina.
Claro que en este caso no hubo error del servicio, sino que el gobierno de ese país autorizó el trámite porque el usuario aseguró profesar el “pastafarismo”, basado en el evangelio del Monstruo del Espagueti Volador, religión creada en 2005 en protesta por la decisión del Departamento de Educación del estado de Kansas que exigió introducir en los programas de estudio el concepto de “diseño inteligente” como alternativa a la teoría de la evolución.
Para acceder a la petición, las autoridades se basaron en la ley checa que permite el uso de sombreros por razones médicas o religiosas “a cualquier evento”. Por eso, tal como dice el más que viejo refrán, en todas partes se cuecen habas.