
Pero, ¿por qué se hacen bromas en esta fecha? ¿Es que acaso aquello no se contrapone con el nacimiento de esta historia?
Hay quienes aseguran que las bromas tienen que ver con la fusión de la festividad de los Santos Inocentes y la celebración pagana “La fiesta de los locos”, que tuvo lugar a lo largo de la Edad Media (siglos V-XV)
Los cristianos celebraban un día de duelo por aquel mito religioso, mientras que en “La fiesta de los locos”, un grupo de personas entraba a la iglesia disfrazado de payaso o de mujer, cantando y bailando para armar escándalo entre los días 25 de diciembre y 5 de enero.
Sin embargo, la gente comenzó a quejarse de esta celebración, por lo que la Iglesia tomó la determinación de que estas dos fiestas se celebraran ambas el 28 de diciembre.
La Iglesia Católica
El Evangelio de San Mateo asegura que el Rey Herodes, convencido de que el Mesías acabado de nacer habrá de ser proclamado rey y ocupará su trono, quiso suprimir este peligro y ordenó la muerte de todos los niños de Belén y sus alrededores, que contaran menos de dos años de edad. Se dio a estas víctimas el nombre de Santos Inocentes, por su imposibilidad de haber pecado a tan temprana edad y por haber muerto en vez de Cristo.
En Estados Unidos y Gran Bretaña, la celebración se hace en otra fecha y se llama “April Fool’s Day”, o Día de los Tontos, un nombre más acorde, y se celebra el 1 de abril.
En Francia su equivalente es el “Pez de abril”, originado en 1582, cuando el calendario gregoriano reemplazó al juliano, y el Año Nuevo cambió del 1 de abril al 1 de enero.
En Alemania, Japón y Brasil también se festeja el 1 de abril, día en que -según Mark Twain- “recordamos lo que somos durante los otros 364 días del año”.
En cambio, en España, la fecha es el 28 de diciembre y así también en todos los países latinoamericanos que quedaron bajo su dominio en tiempos de la conquista.
Algunas ideas “inocentes”
1.- Cambio de azúcar por sal
Si hay una broma clásica por excelencia –ya sea 28 de diciembre o cualquier otro día–, esa es cambiar el contenido del tarro del azúcar por sal. Una recomendación: esta inocentada es muy recomendada a la hora del desayuno o si se va a cocinar un plato dulce y, si se puede, en compañía. La gesticulación tras descubrir el ingrediente oculto, no tiene precio.
2.- Ataque repentino de caspa
Siguiendo con el ingrediente “mágico” de la sal, pon en práctica lo siguiente: vierte sobre tu cabeza algo de sal, en un sitio localizado o por todo el casco. Ahora ve a un amigo, un familiar o un compañero de trabajo y pregúntale si puede distinguir “algo raro en la cabeza”, la expresión al ver tal espectáculo en tu cuero cabelludo, sin duda, dejará boquiabierto al inocente.
3. Cambiar las horas del reloj
Aprovecha un momento de soledad, descuido o cuando tus víctimas estén durmiendo. Tendrás dos opciones: adelantar el reloj, y que todos lleguen antes a sus destinos; o retrasarlo, para que lo hagan tarde. En cualquier caso, aconsejamos adelantar la hora y restar una hora de sueño a la víctima; preferible antes que hacerle llegar tarde a cualquier compromiso.
4. El cristal roto
Para esta broma se necesitará una pastilla de jabón o una tiza de color blanca o gris. Se dibujan varias líneas sobre el vidrio o espejo, que confluyan en un mismo punto, así parecerá que algún desaprensivo ha apedreado el vidrio.
5.- El truco de la moneda
Otro clásico en materia de bromas. Pasear por la calle, encontrar una moneda en suelo -o con suerte un billete- y agacharte a recogerla, son tres acciones que se realizan casi por defecto. Sin embargo, esta inofensiva maniobra puede ser causa de burla en un día como hoy. Sólo tendrás que fijar al suelo alguna moneda o billete y, seguro, que más de un inocente caerá en la trampa de intentar despegar el botín de la calzada. Otra opción en este campo, es atar a la moneda o al billete una cuerda, y en el momento de atraparlo, tirar para que no pueda cogerlo.
6. Pasta de dientes
Esta inocentada también se podría incluir en el “Top Five” de las típicas bromas de los Santos Inocentes. Consiste en colocar un poco de pasta de dientes o algún otro ungüento en la cara o en las manos de la víctima mientras ésta está descuidada o duerme. Al despertar y mirarse en el espejo, verá como una extraña sustancia ha “aparecido” en su piel.
7.- El dedo en la fruta
La siguiente broma es apta para los más arriesgados. Consiste en convencer al inocente de que si es capaz de adivinar, con los ojos cerrados, qué parte del cuerpo estamos señalando. Para la picaresca, previamente, cogeremos un trozo de fruta -una naranja, por ejemplo-, la cortamos por la mitad y hacemos un agujero en el centro, de modo que quepa el dedo índice. Así las cosas, una vez que le hayamos preguntado por zonas del cuerpo fáciles de reconocer, como la boca o una oreja, introduciremos el dedo dentro de la fruta. Sin duda, la sorpresa está servida. Y las risas, también.
8.- El papel
Pero si hay una broma tradicional y arraiga en el Día de los Santos Inocentes es colgar un papel blanco en la espalda de nuestra víctima. En un momento de descuido, coloca el papel con una cinta adhesiva en el abrigo del inocente, así caminará por la ciudad con el mensaje del día en cuestión.