
El trabajador de un banco alemán se quedó dormido sobre el teclado con el dedo pulsado en la tecla del número 2, transfiriendo nada más y nada menos que 222,222,222.22 euros.
El supervisor, que llevaba en el banco desde 1986, fue despedido porque no controló la transacción de su compañero, que en realidad tendría que haber sido de 64,20 euros. Finalmente, otro trabajador se dio cuenta del error y lo corrigió.
El asunto llegó a la corte ya que el banco acusó al supervisor por no percatarse del error. Pero los jueces dictaminaron que no podía ser despedido ya que ese día había controlado unos 812 documentos para localizar errores y se había tomado más de un segundo con cada uno de ellos. Se obligó, entonces al banco a readmitirlo porque no había mala intención.
Un hombre demasiado guapo
Omar Borkan Al Gala, fotógrafo de moda y poeta, fue expulsado de Arabia Saudí por ser considerado demasiado guapo. La denominada “Comisión para la promoción de la virtud y la prevención del vicio”, lo detuvo cuando montaba el stand de un festival cultural de Riad junto a otros dos hombres. Los tres fueron expulsados de su país por la misma razón.
La situación ocurrió cuando la comisión ingresó al recinto para detener a una mujer que, de acuerdo a las autoridades, presentaba un espectáculo inapropiado. Omar, el mismo que vino a Chile invitado a un “estelar”, sin tener arte ni parte, fue visto y detenido junto a sus compañeros.
Murió por trabajar 17 horas
Sucedió este verano a Moritz Erhardt. El joven alemán de 21 años, que trabajaba como becario en las oficinas de Londres del Bank of America, sufrió un ataque de epilepsia y se derrumbó en la ducha de su residencia de estudiantes en la capital británica debido a la larguísima jornada laboral que arrastraba.
El trágico final del joven no tardó en generar repercusión y muchos becarios en igual situación reconocieron los enormes sacrificios y las jornadas maratonianas que les toca soportar para optar a un puesto fijo. En este caso fueron 17 horas seguidas de trabajo.
Las visiones del presidente venezolano
El Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, era entonces candidato a la presidencia y la aparición se produjo precisamente el 2 de abril, día en que arrancaba la campaña electoral. “Lo sentí ahí como dándonos una bendición, diciéndonos: ‘Hoy arranca la batalla. Vayan a la victoria. Tienen nuestras bendiciones’. Así lo sentí yo desde mi alma”, relató Maduro.
Agregó que mientras oraba aquella mañana en una pequeña capilla católica de Barinas, ciudad donde se encuentra la casa natal de Hugo Chávez (1999-2013), al encontrarse totalmente solo, apareció el ave, con la que se comunicó con silbidos. “De repente entró un pajarito, chiquitico, y me dio tres vueltas acá arriba”, aseguró, señalando su cabeza e imitando un aleteo.
Despertó del coma hablando diferente
Insólita y también misteriosa es la historia de Michael Boatwright, un norteamericano de 61 años que despertó de un estado de amnesia hablando sueco y sin memoria de su pasado, en un centro médico de California, después de haber sido encontrado en marzo en un motel de Palm Springs, al sur del Estado.
Al despertar, Boatwright se hizo llamar Johan Ek, un nombre sueco, y fue incapaz de articular palabras en su idioma natal, inglés.
Un pez que muerde genitales
En las aguas de la Suecia meridional, concretamente en el Øresund, el estrecho entre Suecia y Dinamarca, encontraron un ejemplar de Pacú conocido como el pez “muerde-testículos”. Su nombre se lo ha ganado en buena ley, ya que además de nueces, fruta y otras especies pequeñas, se alimenta de las gónadas masculinas.
No se trata de un animal peligroso para el hombre, pero se han reportado muchos incidentes en diversos países. Como en Papúa, Nueva Guinea, donde algunos hombres fueron mordidos en los testículos por este “primo” de las pirañas. El pez tiene una boca perfectamente adaptada a esa parte del cuerpo.
Privado de volar por 230 kilos
La compañía aérea British Airways prohibió volar a Chenais Kevin, un joven francés de 22 años, por sus 230 kilos de peso.
Kevin y su familia se trasladaron el año pasado a la Clínica Mayo de Chicago para que el joven se sometiera a un tratamiento médico y poder así solucionar el desequilibrio hormonal que le hace estar obeso. British Airways, aseguró que la aerolínea había tratado de encontrar una solución pero, por motivos de seguridad, decidieron devolver el importe del pasaje a Chenais. Al final, el joven tuvo que coger un tren hacia Nueva York desde Chicago y regresar a Francia a bordo del buque Queen Mary II.
Un tenedor en un extraño lugar
Se trataba de un hombre de 70 años y al parecer llevaba a cabo una práctica sexual con un tenedor. Pero finalmente, tuvo que ser intervenido de urgencia para extraérselo.
El afectado, por vergüenza, tardó doce horas en ir a un hospital de Camberra, en Australia. Los médicos tuvieron que dormirlo con anestesia general para poder extraerle el tenedor de diez centímetros de longitud, gracias a una laboriosa maniobra que requirió el uso de lubricante y pinzas.
Se suicidó por compras de su novia
Tao Hsiao estaba de compras con su novia en un shopping de la provincia de Jiangsu, ubicada en el este de China. Después de cinco horas, Tao se cansó de acompañarla y le exigió volver a la casa.
Cuando ella insistió en que entren a otra tienda, él arrojó las bolsas al suelo y saltó por uno de los balcones del centro comercial. Cayó desde el séptimo piso y murió al instante.
Según Daily Mail, los testigos dijeron que se oyó a Tao diciendo que ya “tenían más bolsas de las que podían cargar”, pero ella insistió en ir a una tienda más, en la cual había una oferta especial de zapatos. La pelea a gritos terminó cuando el hombre tiró las bolsas al suelo y saltó por el balcón. Las autoridades del shopping informaron que los servicios de emergencia llegaron rápido al lugar, pero Tao ya había fallecido.
Se puso una jaula para no fumar
Dos paquetes de tabaco durante 26 años exigían una solución, incluso desesperada. La idea fue de un turco, Ibrahim Yucel, que, al no poder controlar su adicción, decidió ponerse una jaula en la cabeza, inspirado por los cascos de los motoristas que veía en la carretera.
Ibrahim se colocaba la jaula cerrada todos los días. Las llaves del candado se las llevaban su mujer y su hija cuando se iban de casa, de manera que fuera incapaz de dejarse tentar por los cigarros. Este fumador empedernido quiso dejar el tabaco para no seguir el ejemplo de su padre, que falleció hace varios años por un cáncer de pulmón. Aparentemente, el truco le surtió efecto.