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Es cierto, en las personas adultas aparece una serie de enfermedades que técnicamente son denominadas así: “Enfermedades Crónicas del Adulto” y que en general corresponden a un grupo de condiciones en las cuales influyen la edad y los malos hábitos de vida por sobre las causas infecciosas o los accidentes o traumatismos. Naturalmente que existe una predisposición genética o hereditaria, es decir, estas enfermedades son más frecuentes en algunos grupos familiares más que en otros pero las condiciones de vida ambiental y los malos hábitos son preponderantes para hacer aparecer el trastorno.
Me refiero a: la diabetes mellitus (exceso de azúcar en la sangre); la hipertensión arterial o presión alta; la obesidad; las enfermedades respiratorias crónicas no infecciosas (EPOC, enfisema) y la arterioesclerosis ó endurecimiento de las paredes arteriales que a la larga (ó no tan a la larga) llevará a trastornos circulatorios graves como el infarto del miocardio (ataque al corazón) o los accidentes vasculares cerebrales (parálisis ó hemiplejias). Estas complicaciones se observan en la década de los cincuenta hacia arriba, aunque actualmente los vemos con cierta frecuencia en personas de menos de 50 años cuando estas personas son obesas, hipertensas y con malos hábitos (exceso de consumo de alcohol y tabaco) y que además por condiciones personales hacen caso omiso a las recomendaciones de sus propios familiares o no quieren escuchar los consejos médicos o de los profesionales de la salud y prefieren hacerse atender por personas no preparadas técnicamente (“Meicas” u otros).
sistema nervioso
También se incluyen en este grupo algunas enfermedades propias del sistema nervioso central, tales como la enfermedad de Alzheimer (es una pérdida de la capacidad de raciocinio del ser humano) y el deterioro orgánico cerebral que también produce una disminución del pensar natural y una incapacidad de la persona para manejar su vida diaria y por último las enfermedades renales crónicas terminales que están íntimamente relacionadas a la hipertensión arterial y a la diabetes mellitus y que provocan un alto porcentaje de incapacidad física y años de pérdida laboral para el paciente y su grupo familiar.
En el mundo anglosajón a estas enfermedades se las llama enfermedades no transmisibles, es decir, de causa no infecciosa (aunque hay excepciones) y ellos han destacado que tienen gran importancia económico-social, además del sufrimiento personal y familiar que conllevan. Tal es así que en septiembre del 2011, las Naciones Unidas con sus más altos representantes y la Organización Mundial de la Salud llevó a efecto una reunión con los Jefes de Estado y sus ministros para desarrollar estrategias que miraran hacia adelante y poder desarrollar un plan de acción para combatir lo que se llama “ la carga de enfermedad”, y disminuir los largos años de incapacidad que provocan estas patologías.
Se consideró la posibilidad de reducir en un 25% la mortalidad provocada por estas enfermedades para las personas entre 30 y 70 años (que son los grupos etarios en los cuales aparecen estas complicaciones) comparadas dichas mortalidades entre los años 2010 y el año 2025. Se acuñó el eslogan “25 x 25” para acentuar la idea. Sin embargo, hay cuatro factores de riesgo y comportamiento comunes: el uso del cigarrillo, el excesivo consumo de alcohol, la dieta no balanceada y la falta de actividad física que están claramente asociados con cuatro grupos de estas enfermedades: las enfermedades cardiovasculares, los cánceres, las enfermedades pulmonares crónicas y la diabetes que dan cuenta de cerca del 80% de la mortalidad provocada por las así llamadas enfermedades crónicas.
Para estos factores de riesgo, que son conocidos desde hace largos años, no se ha logrado introducir cambios sustanciales y la idea es que debemos hacer un enorme esfuerzo para lograr que nuestras comunidades y sobre todo las generaciones mas jóvenes reconozcan que los malos hábitos de vida los llevará a ellos, indefectiblemente a sufrir lo mismo que han sufrido sus padres y abuelos.
estudio
Un estudio encargado por la O.M.S. y publicado el año 2010 demostró que la mortalidad provocada por estas enfermedades subió de un 57% a un 65% entre los años 1990 y el año 2010 (años que se han caracterizado por un enorme avance de la Ciencia y la Medicina) y lo que es más alarmante es que el 80% de estas muertes están ocurriendo en los países en vías de desarrollo y además una alta proporción de estas muertes están ocurriendo en gente de menos de 60 años. Esto nos obliga a pensar que no sólo los servicios de Salud son responsables sino que somos nosotros mismos los que debemos tender a mejorar nuestros sistemas y hábitos de vida para lograr una mejor salud.
Observando la mortalidad de los seres humanos (estudio encargado por la O.M.S.), podemos decir que las enfermedades cardiovasculares ocupan el primer lugar, seguidas por los cánceres, las enfermedades pulmonares obstructivas crónicas y la diabetes. Ello determina, además, que la suma de los años perdidos por la mortalidad precoz más los años de incapacidad significa que una alta proporción de estas complicaciones (maás del 50%) están mal controladas y la tendencia es al aumento en los años venideros.
Seguiremos analizando estas patologías y otras con el solo afán que nuestros lectores conozcan algunos aspectos de la salud que los ayuden a evitar el sufrimiento antes de tiempo ,para ellos y sus grupos familiares.