
“Lamentablemente hay que hacerlo, porque estamos afectando una ciudad donde tenemos un ingreso turístico importante, tanto nacional como internacional, y debemos cuidar la imagen”, expresó el dirigente gremial.
“Después de las 11 de la noche, la gente no sale, porque la calle en Viña del Mar es de ellos, es de la prostitución”, sostuvo Claudio Benavides, empresario hotelero que dice verse afectado por la situación.
“Nosotros no podemos alojar a nadie en el hotel, porque (quienes se dedican al comercio sexual) hacen mucho ruido”. Los turistas “una noche se quedan, al otro día se van o piden cambio”, dice Benavides. El empresario hotelero reclamó que fuera de su hotel se han registrado asaltos y peleas, y “se llama a Carabineros, (pero) Carabineros no viene”.
“Hacen fogatas, queman los tachos de la basura en el invierno, toman whisky, pisco, hay botellas de pisco y cerveza botadas en las calles, quiebran vidrios”, comentó Benavides.
Ante esta situación se manifestó el presidente del Movimiento de Integración y Liberación Homesexual (Movilh), Rolando Jiménez, quien criticó la idea y aseguró que tras ésta, se esconde una actitud homófoba hacia la diversidad.
La idea de los empresarios hoteleros es que el mentado “barrio rojo” se emplace en la calle 5 Oriente o el sector del Camino Internacional.