Según simulaciones realizadas por la Agencia de Calidad de la Educación con datos de 2011, el 45% de los establecimientos municipales, el 28% de los subvencionados y el 9% de los particulares podrían enfrentarse a dicho efecto. La Contraloría General del la República tomó razón el lunes 3 de marzo del decreto que establece cómo se ordenarán los cerca de 12.500 colegios del país. Cuatro son las categorías de desempeño en las que serán clasificados, a partir de diciembre, todos los establecimientos educacionales que imparten educación básica (unos 5.500 colegios en Chile): alta, media, media baja e insuficiente.
La ordenación estará a cargo de la Agencia de Calidad de la Educación (ACE) y una de las mayores consecuencias es que los establecimientos que tengan el más bajo rendimiento por cuatro años consecutivos perderán el reconocimiento oficial y deberán cerrar, independientemente de si son escuelas municipales, subvencionadas o particulares. Según simulaciones realizadas por la agencia con datos de 2011, el 45% de los colegios municipales, el 28% de subvencionados y el 9% de los privados podrían enfrentarse a dicho efecto.
Al preverse el cierre de un colegio, la agencia deberá informar a los apoderados aquella situación y entregar datos sobre otros 30 colegios cercanos. Al ocurrir la pérdida del reconocimiento oficial, los alumnos serán trasladados a un plantel de mayor rendimiento y también podrán contar con el apoyo de la agencia para transporte.
En la página de la ACE, su secretario ejecutivo, Sebastián Izquierdo, explica que la idea de la ordenación responde a una necesidad “saber quiénes son los colegios que tienen que mejorar, entendiendo el contexto en que están ubicados y cuáles son sus alumnos”. El decreto supremo sostiene además, que se busca “responsabilizar a los establecimientos y sus sostenedores del cumplimiento de los aprendizajes de los estudiantes”.
El nuevo sistema responde a la ley del Sistema Nacional de Aseguramiento de la Calidad, que implica que la metodología no podrá ser revisada antes de cuatro años.
Implementación
El decreto especifica que se partirá con los colegios básicos que tengan más de 30 alumnos. La metodología para ordenarlos contempla los resultados de las últimas tres pruebas Simce, los que pesarán un 67%. El 33% restante se medirá por ocho indicadores que entregarán información sobre el desarrollo personal y social de los estudiantes de las escuelas, liceos y colegios. Estos son: autoestima académica y motivación escolar, Clima de convivencia escolar, participación y formación ciudadana, hábitos de vida saludable, asistencia escolar, equidad de género, retención escolar y titulación técnico profesional (sólo en estos establecimientos).
Quienes reciban la clasificación Alta podrán ser visitados por la ACE para conocer su proyecto y difundirlo. Si ésta es media, serán visitados cuando la institución lo estime conveniente, si es Medio Bajo serán visitados al menos cada cuatro años y recibirán sugerencias para mejorar su desempeño finalmente si su clasificación es Insuficiente serán visitados al menos cada dos años y se le proporcionará medidas para mejorar. Si un plantel está cuatro veces en esta categoría deberá dejar de funcionar y los alumnos serán reubicados en establecimientos cercanos.
Las principales críticas que han hecho los expertos apuntan a que existe una sobrevaloración del Simce y el riesgo es que las escuelas se enfoquen aún más a trabajar en torno a esta medición.
Incluso, en Magallanes, durante la inauguración del año escolar el obispo Bernardo Bastres criticó duramente al actual sistema educativo y sus principales sistemas de medición: Simce y PSU. “La Prueba Simce no mide muchas cosas, la Prueba de Selección Universitaria no mide muchas cosas, lo que tenemos que buscar es una medición que diga que, si un alumno tiene capacidad cuatro, dé para cuatro y que si a un alumno lo mido en relación social, efectivamente sepa relacionarse. Lo único que se mide hoy son cabezas, falta medir corazones. Qué importante es tener una educación que haga de nuestros alumnos hombres de bien, que sepan normas de convivencia, normas sociales, que saluden con respeto, que sepan presentarse, hablar y que las frases que dicen no empiecen con ‘Ramón y terminen con Ramón’, que utilicen todo el diccionario. La calidad educativa no es sólo Simce”, manifestó la máxima autoridad de la Iglesia Católica en Magallanes.