La región presenta altos índices de crecimiento, de acuerdo con el último informe Inacer, además de bajas tasas de desempleo. Sin embargo, el PIB de la zona sigue siendo bajo, debido a, según expertos, la poca industrialización. Una economía sana. Así definía, a pocos días de dejar su cargo, el seremi de Economía del gobierno saliente, Marco Mella, al escenario de la Región de Magallanes.
El diagnóstico basado en los últimos resultados del Indicador de Actividad Económica Regional (Inacer), dados a conocer en febrero pasado y que incorporaban información del trimestre octubre-diciembre 2013.
En ese informe, el Instituto Nacional de Estadística (INE) aseguraba que la economía de la región creció un histórico 25% en el período, mientras que, a lo largo del año 2013, su actividad económica se expandió un 15,3%.
Quizá por eso, días después de que se publicara el informe, en entrevista con Diario El Pingüino, la entonces autoridad económica decía que, para el Gobierno de la Nueva Mayoría, que comenzó esta semana, el desafío más grande sería “mantener los índices de crecimiento”.
Pero hay quienes creen que los desafíos son más profundos.
El economista Daniel Oyarzo, docente de la Universidad de Magallanes (UMAG), explica que uno de los factores más preocupantes es que “el Producto Interno Bruto (PIB) de Magallanes sigue estando entre los más bajos del país: puntualmente tercero, detrás de las regiones de Aysén y Arica y Parinacota”.
De acuerdo con las cifras del Banco Central, el PIB de la XII Región en 2012 fue de $ 860.528 millones: un incremento de 7% con respecto del año anterior, pero que todavía mantiene a la zona muy por debajo de la siguiente región con mayor crecimiento (la de Los Ríos, que supera a Magallanes en casi un 30 por ciento).
La razón para que esto ocurra, según el docente, es que la región depende fuertemente de las exportaciones, pero no posee capacidad manufacturera e industrial.
De hecho, en el último informe Inacer, fueron muy relevantes los aportes de las industrias extractivas (el carbón, por ejemplo) o la salmonicultura, que, en la Seremi de Economía, prevén que reportaría cerca de US$ 200 millones para el 2014.
Sin embargo, manifiesta Oyarzo, “la región no da valor agregado a lo que exporta. Extraemos los bienes y los vendemos, después vuelven acá manufacturados”, dice.
“Ese es el principal problema de la región. Esa es una de las causas que explica que tengamos un bajo PIB”, dice Oyarzo “Acá no se trata la carne, o la lana”, ejemplifica.
El economista plantea que “ahora que están abierto más que nunca los Tratados de Libre Comercio, se podría aprovechar esto, abrirse. Agregar valor antes de vender. Esto implica partir por un proceso productivo”.
La paradoja del empleo
A un 2,8% llegó el desempleo en el trimestre móvil de noviembre de 2013 a enero de 2014, según dio a conocer la Seremi de Economía de la Región de Magallanes en febrero pasado.
La cifra representa una disminución de 1,2 puntos porcentuales con respecto de la registrada doce meses antes, y un descenso de 1 punto porcentual con referencia al trimestre móvil anterior (octubre a diciembre de 2013). Con ello, Magallanes se situó como la segunda región con menor desempleo en todo el país.
El economista Oyarzo manifiesta que los números presentados “nadie los puede cuestionar”, pero sí considera que hay un factor relevante que se mantiene ausente: la calidad del empleo.
“Hay gente que aquí trabaja con un contrato que es planteado de forma verbal. ‘Tú haces tal cosa y yo te pago tanto’”, dice Oyarzo, quien reconoce, además, que hay poca información sobre el tema porque no se han hecho suficientes estudios. “Falta arreglar el tema de calidad y con arreglar me refiero a que la autoridad pertinente tiene que meterse a verificar cuáles son las condiciones de empleo reales en la región y eso es un trabajo de chinos”, dice.
Ese trabajo de chinos es parte del panorama que recibe a la administración del intendente Jorge Flies y su equipo, quienes tendrán que decidir dónde poner los énfasis durante los próximos cuatro años.