
El irreductible dragaminas “Cherkassy”, atrapado en aguas del lago Dozuzlav del que no pudo salir a mar abierto después de que los rusos hundieran tres embarcaciones suyas para cerrar esa vía de escape, fue el último navío de guerra ucraniano en caer a última hora de ayer tras un asalto que duró más de dos horas.
Tras repeler varios intentos de asalto e intentar incluso atravesar un estrecho corredor entre los barcos rusos sumergidos, el heroico “Cherkassy” fue tomado anoche pese a ofrecer una numantina resistencia a las tropas rusas.
La toma del dragaminas empezó con una persecución y hostigamiento de más de una hora por dos helicópteros y tres lanchas rápidas rusas, desde las que se efectuaron disparos de metralleta al agua para intimidar a la tripulación del navío ucraniano.