De acuerdo a informes del Departamento de Estadística e Información del Ministerio de Salud (Minsal), el 80% de los bebés nacidos en Magallanes, entre abril y diciembre de 2008, fueron alimentados exclusivamente con leche materna. Una realidad que cambia drásticamente al tercer mes, cuando sólo el 64% de los lactantes recibe la leche de la madre en forma exclusiva. Lamentablemente, al sexto mes la lactancia materna exclusiva se reduce a sólo el 39% de los casos. Aunque está ampliamente demostrado que la leche materna es el mejor alimento que un bebé puede consumir en el primer semestre de vida, razones culturales y sociales de la vida moderna (muchas veces por comodidad, el trabajo o el desconocimiento de técnicas de lactancia adecuadas) impiden que esto se cumpla.
La matrona y coordinadora del Servicio de Neonatología de la Clínica Magallanes, Irene Muñoz, hizo hincapié en la importancia de alimentar a los infantes con leche materna por ser la única que proporciona todos los nutrientes que necesita el niño en las proporciones exactas.
Dado que la producción de esta leche es completamente natural, el bebé la digiere más fácil que una sustancia ajena, como la leche de vaca o productos de soya. En tanto, la proteína, uno de los nutrientes más importantes en la leche, varía enormemente de una especie a otra. Por ejemplo, una proteína extraña puede causar alergias especialmente en los recién nacidos.
“Si los bebés se alimentan con leche materna, según las estadísticas, son menos propensos a la diarrea y las infecciones gastrointestinales. También son menos propensos a contraer enfermedades respiratorias e infecciones del oído u otras más serias como pulmonía o meningitis”, sostuvo la especialista.
