
Aunque es oriundo de la Dehesa, en Santiago, José Vergara Villarroel no tiene ganas de terminar como notario en la capital, aunque de confirmarse la medida disciplinaria que le impuso la Corte de Apelaciones, no le quedaría más que acatar.
El tribunal de alzada acaba de suspenderlo de funciones por tres meses, luego de la denncia que interpusiera una de sus funcionarias, Mirta Barría, por agresión física el 8 de enero de este año. También se pidió a la Corte Suprema el traslado del notario a otra región.
Al cumplirse el plazo de los cinco días para apelar, el abogado José Vergara confirmó que cumplió con el trámite el día sábado.
Los fundamentos del recurso son: “haber obstruido arbitrariamente el sustanciador, el conocimiento exacto y reflexivo de los hechos de la causa, rehuyendo, en el recto asentamiento de los mismos, la producción de pruebas idóneas aducidas por el imputado, impidiendo a la sentenciadora una valoración racional de los mismos para el convencimiento moral que le impone el ordenamiento jurídico”.
Polémico
¿Usted se considera una persona polémica?
“Soy polémico porque tengo principios inculcados por mi familia como la responsabilidad, el orden y la disciplina. Principios que, por lo general, no son compartidos por el resto de las personas”.
¿Y esto lo lleva a tener siempre conflictos con su personal?
“Exactamente. Porque si tengo una orden que cumplir de mis superiores, por determinadas instrucciones, yo tengo que pedir el mismo comportamiento al resto de mis empleados, en el caso de mis funciones profesionales. Y en el orden privado, porque me gusta compartir opinando sobre temas importantes que afectan a la comunidad”.
¿Pero ésta no es la primera vez que a la Corte de Apelaciones llega una denuncia en su contra?
“Claro, porque en el caso de los incidentes laborales en mi oficina, responden al mismo racionamiento efectuado anteriormente. De que yo tengo una orden que cumplir poniendo mi responsabilidad penal y mi libertad ambulatoria de por medio, precisamente con la ayuda de mis empleados”.
¿Y por qué esto no sucede con otros notarios?
“Es que estos procedimientos son de carácter reservado y confidencial. Por lo general, son de resolución de la Corte de Apelaciones e ignoro porque no son publicados por la prensa”.
¿Le ha traído satisfacciones el desempeñarse como notario?
“Muchas, porque siendo contador auditor y abogado, me permite intervenir en los documentos extendidos en las personas interesadas, con todas mis facultades y conocimientos jurídicos”.
¿Le dolió mucho la sanción que le impuso la Corte de Apelaciones, que incluso solicitó su salida de Punta Arenas?
“Es muy doloroso, porque si uno se considera inocente, estas medidas le destrozan el alma a la persona. Y yo sabiendo que soy un funcionario probo, cumpliendo todas mis obligaciones, jamás se me ha llamado la atención por alguna materia relativa a mi trabajo, sino a mis relaciones laborales con el personal”.
¿Y qué mea culpa se hace usted respecto a esto?
“Me inculpo de tener un carácter rudo y poco sociable con los comparecientes que asisten a mi oficio notarial. Así como también, los señores jueces tampoco intiman con las personas que están sujetas a algún tipo de procedimiento judicial. Tenemos que abstenernos de ese tipo de relaciones personales con el público”.
¿Le gustaría terminar su carrera de notario en Punta Arenas?
“A mí me faltan diez meses para jubilar. Entonces, es muy penoso que de repente nuestros jefes superiores le digan que tiene que irse de la región, abandonando mi medio social y amistades. Además, tengo 14 perros que no sé qué voy a hacer si me obligan a retirarme de mi cargo”.