Junto con dar por acreditado el abuso sexual que el 16 de junio de 2008 sufrió una niña de diez años en la ciudad de Porvenir, el tribunal de Juicio Oral sentenció a tres años de cárcel efectivos al acusado, Eduardo Báez Garrido, quien se encuentra con arraigo regional pero, una vez que el fallo quede ejecutoriado, deberá ingresar a la cárcel a cumplir la pena que le impusieron.
El fiscal Eugenio Campos defendió los hechos que inculparon al acusado quien ese día, cuando se encontraba trabajando como ayudante del local comercial “El Taxista”, de Porvenir, ingresó al domicilio contiguo donde se encontraba la menor de entonces 10 años de edad, “y procedió a efectuarle tocaciones con las manos en su cuerpo, en especial en la vagina, sobre sus ropas. Posteriormente, la niña llamó a su madre por celular para contarle lo sucedido, pidiéndole que fuera en su ayuda”.
Le levantó la polera a la pequeña, la tocó varias veces más e intentó besarla en reiteradas oportunidades.
El fiscal Campos señaló en el juicio que estos hechos eran constitutivos del delito de abuso sexual contra una persona menor de 14 años de edad.
Defensa
Sin embargo el abogado defensor Ramón Bórquez solicitó la absolución de su representado argumentando, entre otras cosas, que Báez es una persona de mucho esfuerzo y afán de superación, que fue beneficiado con un proyecto para microempresarios y, además, dijo que desde marzo de 2008 trabajaba en el local comercial “El Taxista”, y negó que el imputado efectuara tocaciones a la menor y que sólo le pidió que tapara a otra menor que se encontraba en  living-comedor de la casa. Además, sacó a relucir que existían malas relaciones entre el acusado y la madre de la menor, que también ayudaba a su suegro en el negocio en referencia, e inclusive habían tenido una discusión una semana antes. Y, finalmente, criticó el informe pericial psicológico señalando que carecía de rigor técnico.
Pero para los jueces fue crucial la declaración de la víctima en quien reconocieron la forma de situarse en el lugar de los hechos y de relatar lo acontecido. “Ella aludió a que Lalo -el acusado- debía tomar once en la cocina y regresar  al negocio pero éste se quedó en el living y le pidió que se acercara efectuándole las tocaciones antes referidas”.
Finalmente, los jueces condenaron a Eduardo Báez Garrido a la pena de tres años y un día de presidio como autor del delito de abuso sexual en una menor de 14 años.