
Todo se relaciona con San Juan el Bautista y el solsticio del 21 de junio. El 24 se celebra el nacimiento de San Juan, quien preparó a la humanidad para la llegada de Jesús. Su nacimiento ocurrió en una fecha muy cercana a un solsticio (de invierno para el hemisferio sur, y de verano para el hemisferio norte), lo que quiere decir que lo que está en juego son poderosas energías solares actuando en la Tierra.
El Centro Hijos de Chiloe, año a año hace de esta fiesta una de las principales del año, principalmente por la gran colonia chilota afincada en Magallanes. En su afán por transmitir las tradiciones a las nuevas generaciones, el Centro Cultural preparó una celebración especial, la que comenzó pasadas las 21.00 horas y contempló comidas y tragos típicos del archipiélago. Roscas ‘chonchinas’ y mistela de murtao y guindao (licor preparado con murta y guinda) fueron parte de la bienvenida. El plato de fondo se conformó con papas hervidas, una presa de cerdo ahumado, ensalada de zanahoria, pan casero, acompañados de vino o bebida, más el postre de mazamorra (a base de manzana).
A media noche, es el turno del ‘yoco’, que consiste en chicharrones, milcaos, sopaipillas y roscas. “Esto es parte de la tradición y no se puede cambiar. Son costumbres que provienen de los carneos de cerdos y reitimiento (derretimiento), faena tradicional del archipiélago”, señala Manuel Ulloa, activista chilote, integrante del centro cultural.
Ulloa argumenta esta fiesta y dice “Tenemos la obligación de hacer cosas que nos identifique como chilotes. Somos especiales y distintos al resto. Estas fiestas nos hacen relacionarnos con nuestra tierra; nos motivan como habitantes rurales fundamentalmente”.
La celebración se vivió con el correspondiente show musical, con ritmos típicos de la “isla”. El festival costumbrista y la noche de San Juan son las dos grandes convocatorias del mundo chilote en Magallanes.