Mucha alegría me causó la noticia de la entrega de las nuevas casas. Más todavía cuando entre las entrevistadas, distinguí a María Ruiz, (hoy nos atiende en la panadería del supermercado Cofrima –el de España- siempre con una sonrisa que proviene no de sus ojos, de su alma), y en ese entonces era alumna de mi jefatura en el Liceo Técnico Femenino B-4 “María Behety de Menéndez” que tan bien dirigía la señora María Cecilia Castillo Sánchez, profesora íntegra, con una dedicación, confianza y entrega hacia sus alumnas que pocas veces encuentras en estos rumbos pedagógicos. ¡Cómo defendía a sus chiquillas!, sus proyectos, su eterno cuaderno en donde se cobijaban esperanzas, anhelos, comisiones, pedidos a la Corporación, avances en los talleres, en fin, sueños, sueños, no propios, sino para los demás, para sus alumnas, para sus “peques”, como todavía llama en la actualidad a sus alumnos del Colegio Cruz del Sur. Recordé mis años de docencia en esas aulas, alumnas, colegas, amigos, vivencias que forman parte de lo mejor de mis recuerdos. Recordaba el coro, los concursos de declamación que cobraron tanta fuerza e interés en la comunidad escolar, mi jefatura, María…su madre… Como dice la frase: “había tanto que hacer y teníamos tan poco”…Y en esa batalla cotidiana, la mirada atenta de la señora Cecilia…Todos esos recuerdos volvieron cuando vi la emoción y gratitud de mi alumna al recibir su casa, para ella, para sus hijos, la recompensa a sus años de trabajo, de esfuerzo…Otra vez su sonrisa…Uno nunca termina de aprender…Hay gente que transita por la vida a golpes de sonrisa, gente que sabe en su interior que la recompensa algún día llega, personas transparentes que avanzan por la vida sin atropellar a nadie y sin embargo, muchas veces son atropelladas, personas que desde su sencillez nos ofrecen lecciones de vida, que con su sonrisa parecen decir:¿por qué te amargas?, ¿por qué tu tristeza?...Gracias, sinceras, María…Mayor mi felicidad cuando escuché el nombre de la población: NELDA PANICCUCCI…Muy modestamente creo que ha sido el mejor de los homenajes…Perpetuar su nombre en aquéllos por los que más luchó y amó: gente de trabajo, gente honorable, gente anónima, de sacrificio…Porque la señora Nelda fue así: “siempre en batalla de sencillez”…Siempre sonriente y cálida con esa mirada –ya lo dije- que no viene de los ojos, sino del alma. ¡Qué gran ejemplo para los que hacen política…qué gran ejemplo para tanto interés mezquino y partidista! Los que amamos esta región entrañablemente, podemos estar agradecidos de haber caminado –aunque sea un poco-con la señora Nelda…Para ella mi recuerdo, para la familia Panicucci, mi afecto, para ustedes, como siempre, un abrazo…P.S.: menos para los que olvidan a su pueblo, a su gente.
