Las declaraciones del acusado de querer matar el año pasado a su pareja de un disparo a bala, José Toledo Mansilla, seguida de los padres de la víctima Jacqueline Leyton, Juan y Sofía Mansilla, dieron la partida ayer al primer día del juicio oral donde el fiscal Felipe Aguirre, y el abogado querellante Marcelo Figueroa, intentarán probar el parricidio frustrado y que los jueces accedan a los 15 años de cárcel que están pidiendo para Toledo.
La estrategia de la defensora Gustava Aguilar era que el acusado entregara su versión a los jueces de los hechos acontecidos la madrugada del 6 de agosto de 2008, así que rompió el silencio y subió a estrados, sabiendo que luego se enfrentaría al interrogatorio del fiscal y el querellado que harían todo lo posible por probar que el proyectil que la joven socióloga recibió en la cabeza fue intencional y no causal como lo intentará establecer la defensa.
Vestido con un ambo, camisa a cuadros y peinado con gel, Toledo asumió una postura bastante distante con el fiscal y pocas veces lo miró a la cara cuando respondió. Las declaraciones giraron en torno a los momentos previos al incidente, cuando la pareja departió en un pub de calle Pedro Montt. Toledo negó la versión de un guardia que lo habría visto tratando de agredir a Jacqueline. Posteriormente se retiró solo a la casa y alrededor de las tres de la madrugada se puso a limpiar un rifle que tenía en su poder, confirmando con esto la afición que tenía por las armas, esperando la llegada de Jacqueline. Cuando llegó ambos discutieron y, según Toledo, ella habría tomado el rifle que estaba sobre la mesa y lo disparó. Declaró que forcejeo para quitarle el arma pero que ésta se disparó. Mientras la tenía en el suelo y viéndola sangrar le dijo: “mi gorda por qué nos pasó esto” y luego mirando desafiante al fiscal sentencio: “quiero decirle a usted que esto fue un accidente”. A una pregunta de Aguirre le respondió: “¡No es cierto que la haya querido agredir!”
“Yo era su cheque a fecha”, le señaló cuando le consulto si era efectivo que no trabaja y que los estudios de mantenimiento industrial en Inacap se los pagaba Jacqueline y, de paso, negó hechos previos de violencia intrafamiliar, según versiones de vecinos.
Padres
La carga emocional del día la pusieron los padres de Jacqueline, Juan Leyton y Sofía Mansilla. Entregaron a los jueces el testimonio de vida de cómo éste negro episodio les cambió completamente la vida.
“Científicamente los médicos nos han dicho que no podrá hablar nunca más (Jacqueline)”, como tampoco se puede movilizar por si sola, declaró Leyton. Actualmente vive mecánicamente y su peso es de 39 kilos. “En la cabeza tiene una ele porque no le quedó frente”.
Mientras que de las declaraciones de Sofía subyace el sentimiento de una madre angustiada que está viviendo una situación terriblemente compleja. Con una hija que solamente se alimenta por sonda y que vive exclusivamente del apoyo de sus padres. De lo contrario ya estaría muerta, admitió la madre.
El juicio se reanudará esta mañana con la declaración de los peritos.