Con el aumento de casos de influenza humana en los diferentes establecimientos educacionales de la región, desde hace un par de semanas circulaba la idea de adelantar las vacaciones de invierno. Lo plantearon desde la Municipalidad de Punta Arenas hasta los centros de padres y apoderados de diferentes colegios. El miércoles pasado en sesión del Concejo Municipal se anunció que se iba a solicitar a los ministerios de Educación y de Salud, además de la intendencia regional, adelantar las vacaciones. En la oportunidad, la seremi de Educación, Eleanor Montaña, señaló que la responsabilidad recaía en manos de los sostenedores, porque la realidad de los establecimientos municipales, privados y particulares subvencionados es diferente y que esperarían la determinación de Salud.
Frente a esto, ayer la seremi María Isabel Banciella señaló que habían recibido la solicitud formal para considerar esta medida, y que aunque aún no daban la resolución formal, la respuesta de la autoridad sanitaria iba a ser oponerse al adelanto de las vacaciones de invierno o de cualquier suspensión de clases, “porque Salud está sumamente disciplinado atendiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por que el impacto que tendría una medida epidemiológica como esa era cero, porque lo único que lograríamos sería desplazar el brote epidemiológico en los estudiantes, porque el virus respiratorio va a seguir circulando en nuestra región, en el país y en el mundo”.
Ante la consulta de si parece lógico suspender o postergar actividades masivas, como las Invernadas Patagónicas o la venida de los familiares de los conscriptos que van a realizar el Juramento a la Bandera y la negativa de suspender clases y anticipar las vacaciones, la seremi de Salud explicó que se trata de situaciones totalmente diferentes. “Estamos hablando de los actos masivos de alto flujo de público, generalmente confinado, como sucede en nuestra región. Por ejemplo, en el caso del Juramento de la Bandera, no están dadas las condiciones sanitarias para recibir a 3.000 personas, donde se ha visto que el comportamiento del virus tiene un periodo de incubación sumamente corto, en que prácticamente dos días las personas están contagiadas y están enfermas y eso tensionaría enormemente nuestros centros asistenciales”.
Según Banciella, las actividades mencionadas podrían generar una gran cantidad de personas contagiadas, que tendrían que ir a una red asistencial que no está preparada para recibir tal demanda de atenciones de una sola vez.
En cambio, en el caso de los estudiantes de colegios, “estamos hablando de grupos de niños que están en una sala, que no superan los 30 o los 40 alumnos y de hecho ya se han enfermado un número importante de ellos, y que además está siendo gradual, por lo tanto son situaciones súper diferentes y la decisión se toma en base a la evidencia epidemiológica y las condiciones sanitarias que tiene cada una de las regiones”.
Banciella fue enfática en señalar que con esta medida, de no suspender clases ni adelantar vacaciones, no se pone en riesgo la salud de los niños y jóvenes, como lo han señalado algunas personas, porque “el 98 % de los casos notificados con influenza han sido leves, y los niños en particular han cursado la influenza al igual como con las gripes estacionales, en forma leve”. Banciella agregó que además el Estado de Chile está garantizando el tratamiento con antivirales para todos aquellas personas con cuadros clínicos de influenza humana.
