
El paseo terminó convertido en una aventura extrema para estos cuatro estudiantes, que no avisaron a la Corporación Nacional Forestal (Conaf), como es el procedimiento cada vez que una persona se introduce en esta zona, para que los guarda parques estén al tanto y sepan el tiempo de duración de la excursión.
Uno de los jóvenes, Elvis Llancapani Imilán, alumno de cuarto medio del Liceo Industrial, fue el que más sufrió y riesgos corrió. Hasta ayer al mediodía en que logró ser rescatado por personal del Gope de Carabineros con el apoyo del helicóptero institucional. Una historia que logró contar gracias a un teléfono celular que andaba trayendo, al que le quedaba muy poca batería, y que solo a intervalos breves de tiempo encontraba señal. Pese a ello desde el cerro consiguió comunicarse con el 133 de Carabinero y explicarles que andaba extraviado.
Llancapani relató paso a paso la excursión que planificaron anticipadamente. “Partimos (el jueves en la noche) por el río de las Minas al cerro, caminando de madrugada hasta donde más pudiéramos avanzar. Pasamos por agua y nieve que nos llegaba hasta las rodillas”.
Hasta el sábado la aventura andaba relativamente bien, hasta que los atrapó el cansancio de la jornada. Mojados y prácticamente sin alimentos decidieron subir a un cerro con la idea de encontrar un sendero que los llevara a una parte segura porque a esas alturas estaban desorientados. Después de tanto caminar sobre mucha nieve, y sin el equipamiento adecuado, lograron ubicar una huella demarcada con pintura de color rojo. La siguieron y de esta manera continuaron con la idea de encontrar el camino que les diera la salida, pero prácticamente no encontraban esta luz de esperanza. Para ellos era como estar en medio del bosque caminando en círculos, hasta que llegaron a un punto en que el principal protagonista de esta historia perdió a sus otros tres amigos.
“No se la doy a nadie”
“La experiencia no se la doy a nadie”, reconoció Llancapani. Durante la jornada sabatina extravió a los compañeros por quedarse más atrás observando una demarcación caminera. Frente a sus ojos tenía nuevamente estacas pintadas las que siguió hasta llegar al punto donde ayer lo encontró personal del Gope. Los amigos llegaron a la ciudad el sábado, alrededor de las cuatro de la tarde, pero mucho no se preocuparon de Elvis porque pensaron que ya había llegado a su casa.
Sin embargo, el amigo aún permanecía extraviado en la zona boscosa. El sábado en la noche encontró en el bolso tres galletas, que fue lo único que comió en 24 horas, y después logró encender fuego gracias a que guardaba una caja de fósforos y que tenía un desodorante en espray, mezcla que utilizó para avivar el incipiente fuego. Pese a que la leña estaba bastante húmeda consiguió mantener una fogata que lo ayudó a pasar la noche y no morir congelado.
Ayer en la mañana retomó la caminata pero en vez de dirigirse a la ciudad se fue alejando hacia el poniente y en total, con todo lo que caminó, Carabineros calcula que avanzó unos 40 kilómetros. Hasta que Llancapani logró encontrar una señal en el celular, aunque débil, que al menos le permitió establecer un primer contacto con Carabineros. Luego personal del Gope lo llamó para decirle que iba un helicóptero en camino. Cuando sobrevolaban la zona lo contactaban para preguntarle si veía la aeronave. Al principio reinaba la frustración porque las respuestas eran negativas. Pero la situación hizo crisis en el joven cuando logró ver el helicóptero y al celular ya casi no le quedaba carga. Quería decirle a los Carabineros que los tenía casi al frente, incluso con manos alzadas al cielo en gesto de pedir ayuda. Pero cuando el helicóptero sobrevolaba apareció una “rayita” de señal en el celular y alcanzó a comunicarse con ellos. Luego los pilotos ya lo tenían en la mira y el rescate fue cosa de minutos. A las 13 horas la aeronave se posó en el Helipuerto de calle Ignacio Carrera Pinto, donde lo esperaba una ambulancia del Samu.
El joven sufrió apenas una hipotermia leve, siendo que la aventura pudo costarle caro. Lo importante es que Llancapani ya está con los suyos y para una próxima visita a la Reserva Nacional sabrá tomar los resguardos necesarios.