El abogado de la familia, Francisco Ibarra, declaró que espera que el trámite se realice luego para poder agilizar la investigación.
La búsqueda de Sofía Yasmín Herrera, la menor de tan sólo cuatro años, que se extravió el 28 de septiembre de 2008 en el camping John Goodall de Río Grande, continúa. Esta semana estuvo en Punta Arenas Fabián Herrera, padre de la menor, rastreando una pista que señalaba que Sofía fue vista en la ciudad.
Sin embargo, no pudo ser hallada, lo que preocupa a sus padres.
Pero lo que más angustia a los familiares de Sofía es que las muestras de sangre y pelos recogidos hace casi dos meses, por los peritos que investigan la desaparición de la menor en el sitio en que fue vista por última vez, aún no han sido analizados.
“Esas medidas de prueba son muy importantes y permitirán confirmar o descartar la única hipótesis firme que hay, para ver si Sofía estuvo o no en la vivienda del cuidador”, afirmó a Télam Francisco Ibarra, el abogado de la familia Herrera.
Desde que Ibarra se inscribió como querellante y solicitó profundizar la investigación sobre el cuidador del camping, Alberto Faustino Urrutia, un hombre de 73 años, cuyas declaraciones en distintas oportunidades fueron contradictorias, el juez Eduardo López, quien lleva adelante la investigación del caso, ordenó buscar rastros de la menor en los alrededores de la casa del cuidador, encontrándose allí restos de cabello y sangre, lo que ha generado expectativas de hallar a la menor.
No obstante, según declaró Ibarra, las muestras aún no son enviadas a un laboratorio para ser analizadas.
“Es clara la importancia de estas muestras: si el estudio de ADN establece que son de Sofía, la investigación tomaría una dirección muy firme”, dijo el abogado Ibarra.
Sin embargo, la madre de Sofía, María Elena Delgado, aún no pierde las esperanzas de hallar a su hija con vida.