
Esta aprobación de la convención fue un giro radical en los enfoques que hasta ese entonces predominaban, por lo que se establecieron nuevas y mayores exigencias respectos a los derechos y el trato que debemos dar a los niños, niñas y adolescentes.
En Chile hacer realidad el espíritu de la Convención tomó tiempo, hasta hoy existen ámbitos que deben mejorar. Igualmente se han producido notables avances en la protección de la infancia, ejemplo de ello es la creación de los Tribunales de Familia, que puso a los niños en el centro de la atención, la sanción de los delitos sexuales contra menores de edad, y se termina con discriminación entre hijos legítimos e ilegítimos y la Ley Penal Juvenil son hitos fundamentales.