
Las grandes perjudicadas con esta movida: Carolina Goic y Ana María Díaz.
U no de los hechos que más llamó la atención el jueves, en el segundo debate de candidatos a diputados por el Distrito 60 fue la confesión pública hecha por el ex intendente del gobierno de Ricardo Lagos en Magallanes, Jaime Jelincic, quien dijo: “Sigo siendo concertacionista, manteniendo los mismos principios”. La frase ratifica lo escuchado en los últimos meses en voz de varios personeros ligados al conglomerado oficialista, pero desilusionados por la no realización de primarias que habría impedido la elección de los candidatos que, según ellos, verdaderamente hubiese representado el sentir de las bases partidarias.
Esta tesis no agrada mucho en las candidaturas de Carolina Goic, donde el “fantasma” de la ex intendenta Eugenia Mancilla rondará por siempre, más aún cuando las juventudes de la Democracia Cristiana en Magallanes apoyaban con mucha fuerza la postulación de la última dueña de casa en “La Moneda chica”. Tampoco es muy bien recibida la postura de primarias en el comando de la profesora Ana María Díaz, pese a que ella diga que fue elegida por su partido, pero en Santiago. Lo claro es que esto último molestó bastante a Domingo Rubilar, desconocido a nivel central como presidente regional del PPD y quien nunca escondió sus ganas de ser el postulante del sector de izquierda de la Concertación en Magallanes.
Pero a los dichos de Jelincic se suma también el publicitado descontento del otro candidato a diputado por el Partido Humanista y ex militante del PPD y de la DC Luis Burgos. El dentista asegura que se fue de la Concertación porque las decisiones se tomaban “entre cuatro paredes y a puertas cerradas”.
Jelincic insiste en que se debe buscar una fórmula para que sea la ciudadanía la que elija a sus candidatos. “Por lo tanto, hay que hacer que los partidos se transformen en instrumentos que permitan a la larga que los distintos actores políticos actúen haciendo política hacia afuera y no en carácter interno. Hay un problema político de cómo resolver de mejor manera los liderazgos y eso se resolvía sólo con primarias abiertas”, expresó el ex radical .
Por su parte, otro descontento con la Concertación ex el dirigente del Partido Radical Social Demócrata (PRSD) Max Miller, quien en la semana hizo público su apoyo a Marco Enríquez-Ominami. Asegura que más de la mitad de los militantes activos de los radicales en Chile está apoyando la candidatura de MEO.
Miller, al igual que muchos, señalan que las elecciones del 13 de diciembre serán una especie de “primarias” en el conglomerado de gobierno.
A su vez, Rubilar comentó el lunes que “se requiere un remezón profundo al interior de la Concertación”, pero acepta que él junto a varios de los que han sido denominados los “díscolos” (Claudia Barrientos y Emilio Boccazzi, entre otros), mantienen sus postulados en el bloque oficialista.