
El hombre fue a la casa de su tía a saludarla. Sin embargo, fue encarado por su tío, quien le señaló que su ex conviviente se encontraba en el domicilio, por lo que debía marcharse, ya que la justicia determinó a principios de año que debía alejarse de ella y del hijo en común.
Según la versión de los denunciantes, Lay agredió a su tío con pies y puños, pero este se defendió y le propinó un cabezazo que le fracturó dos incisivos.
Sin embargo, la defensa alegó que el tío habría atacado a Lay y como prueba señaló que en el parte de la urgencia sólo se constataba que el pariente sufrió una contusión leve en la zona frontal, que habría sido provocada por el golpe que le propinó en la boca.
La justicia decidió un plazo de 60 días para cerrar la investigación del confuso incidente. Determinó además que Lay no debe acercarse a su tío ni a su domicilio, tampoco a su hijo y a su ex conviviente. Por último determinó la medida de arraigo regional y dio orden de libertad a Lay.