
Claramente un pequeño de menos de un año no va a aprender a contar, pero sí nace con ciertas habilidades de aprendizaje que son calificadas como conceptos matemáticos que más tarde, cuando inicien la educación básica, serán la base fundamental para prender a sumar, restar, dividir y multiplicar.
“Las actividades de Matemática las trabajamos desde la sala cuna. Los niños aprenden desde los tres meses”, afirmó la educadora de párvulo del Programa Comunicacional de la Junta Nacional de Jardines Infantiles (Junji), Karen Zamorano.
Este aprendizaje de conceptos apunta al descubrimiento de las texturas, de los contornos, las diferencias de peso y de volúmenes. Estas son las primeras nociones de la disciplina, puesto que aprenden de forma concreta, con elementos reales, materia que en el futuro será enseñada de manera más abstracta utilizando sólo un cuaderno.
“Los bebes tienen noción de cantidad, es intrínseco a su ser. Por ello la tarea de los adultos es ir orientando esas habilidades y potenciándolas. Eso se puede hacer en el mismo hogar, no es necesario que asistan a un jardín o una sala cuna”, aseguró la profesional.
Una idea para que los padres sean parte de ese aprendizaje, es que en la casa le entreguen diversos elementos, con diferentes tamaños y pesos.
El lenguaje
No obstante, además de estas habilidades en Matemática, aprender a hablar también cobra una importancia fundamental en los primeros años de vida.
“El niño tiene que tener un buen lenguaje, de lo contrario no podrá aprender a leer bien ni a escribir. Menos a seguir instrucciones”, explicó Zamorano. “Debe ser capaz de crear una frase lógica y estructurada”, agregó.
Uno de los casos que se pueden ver en el jardín infantil y en los primeros años de enseñanza básica, es que los niños no saben diferenciar qué elemento es largo o corto, ancho o delgado, grande o pequeño, puesto que los adultos no son precisos en la utilización de las palabras y ellos sin querer imitan esos errores.
“Un ejemplo de ello es cuando los adultos dicen que el árbol es grande, en vez de decir que es alto. Esas son imprecisiones que afectan la educación del niño”, ejemplificó la profesional de Junji.
Algo que es muy sencillo para los papás es trabajar “con el cuerpo, ya que se puede decir que las piernas son más largas que los brazos o que la cabeza está arriba y los pies abajo. Así se van aprendiendo las diferencias y qué significa cada palabra”, recomendó la educadora.
El aprendizaje errado de los conceptos afecta directamente en lo que puedan aprender de la Matemática a pesar de las habilidades innatas. Mientras el vocabulario sea más amplio, los niños podrán internalizar mayor cantidad de conceptos y de forma correcta.
Un vez que se logra aquello, se puede comenzar a trabajar con números y sin tener que tener el elemento frente a ellos, puesto que ya lo vieron y pueden recordarlo. “Entenderán sobre qué se les está hablando o qué se les está pidiendo”, agregó Zamorano.
El Programa Comunicacional de la Junji realiza todas estas actividades con los pequeños, y orienta a los padres o a las personas que están a cargo de ellos sobre cómo utilizar los medios disponibles para entregarles una buena educación. La creatividad, la economía y el juego es el secreto de este método educacional.