La zona Austral de Argentina y Chile se ha visto afectada, desde hace unos días por dos terremotos, el primero ocurrido el 17 de enero con una intensidad de 6.3 grados en la escala de Richter y el segundo, el miércoles pasado, con una magnitud de 5.3 grados en la escala de Richter, ambos ocurridos en el paso de Drake, cerca de Tierra del Fuego.Estos sismos se sintieron con fuerza en la ciudad transandina de Ushuaia y con menos intensidad en Punta Arenas y Porvenir.
En la región no estamos preparados para recibir este tipo de movimientos, por eso nos sorprende tanto la idea de tener tan cerca uno de estos hechos.
El último sismo de gran magnitud que ha tenido Punta Arenas, fue en 1949, con una intensidad de 7.8 grados, que dejó a seis muertos, 18 heridos y más de 225 afectados, que tuvieron que dormir en un campamento de emergencia ubicado en Avenida Colón, además de sembrar el terror en la población, quienes tomaron como medidas preventivas dormir en sus patios o simplemente en la calle, por si había una réplica.
Según cuenta Fernando Calcuta, quien guarda recortes de diarios de esa época y grabaciones de los hechos, lo que más grave, a su juicio, fue la muerte de dos personas, producto de un derrumbe en una colina cerca de San Juan. Otro hecho que recuerda es que en el camino que unía a la Caleta Josefina, actual Porvenir, con el paso fronterizo San Sebastián, con la fuerza de este sismo, se produjo una zanja que se mantiene hasta nuestros días.
Asimismo, describió que las paredes en esos tiempos eran de ladrillo, pero que no poseían las estructuras metálicas que se requieren ahora, por lo que con ese sismo las paredes que no se cayeron quedaron a muy mal traer. Por consiguiente, se debió poner tornillos de acero por fuera de las propiedades para lograr ajustar los muros a vigas de acero para que éstas no se desmoronaran.
Las causas de que se produzcan los sismos en esta zona, tiene una explicación más simple de lo que se cree, ya que dentro de la región se conjugan tres placas tectónicas que son la Antártica, la Scotia y la Sudamericana, que acumulan mucha energía y al producirse un roce entre ellas, se provocan los terremotos.
Para el director de la Oficina Nacional de Emergencia del Ministerio del Interior (Onemi) de la región de Magallanes, Luis Barría, la alerta no está en que las placas de Scotia y Sudamericana provoquen sismos, ya que estos escasamente podrían afectar a tierras chilenas por encontrar su epicentro a más de 500 kilómetros de tierra firme.
A su vez, explicó que lo peligroso sería un terremoto en la intersección entre la placa Antártica y Scotia, en la llamada falla Magallanes, ya que esas se encuentran más cerca de asentamientos que el cruce entre las otras dos.
“Nosotros no contamos por el momento con un sismógrafo ni equipo de monitoreo, por eso dependemos de organismos internacionales para saber qué es lo que ocurre en nuestra región”, aseguró Barría. Así mismo dijo que no hay máquina posible que prevea los temblores, por lo que no pueden existir planes de contingencia como esos.
También agregó que este año se entró a la Red Sismológica Nacional, la cual es un proyecto bicentenario, en el que se instaurarán en todo el territorio chileno unos sensores de monitoreo para obtener mejores y más certeros datos cuando ocurra un sismo. “En nuestra región se instalarán cuatro estaciones de monitoreo, de las 200 que se repartirán en todo Chile, aparte se traerán expertos los cuales analizarán los datos entregados”.
Este proyecto se empezó a gestar hace tres años, en el cual se contempla educar a la gente para afrontar terremotos o tsunamis. Por ello, este 2010 se tiene contemplado enseñar a estudiantes de enseñanza básica y media cómo actuar en caso que se presente una eventualidad como ésta.
El director de la Onemi asegura que en la región se producen terremotos todos los días, pero que estos son de tan baja intensidad que apenas son perceptibles y que la mayoría de las personas lo asimila al paso de un camión por afuera de su casa.
Barría hace un llamado a la población a que se mantenga tranquila, ya que crear un caos colectivo, diciendo que hay alarmas de tsunami o terremotos dentro de Magallanes, sería incurrir en un acto de mal gusto, siendo que el país que debería haber estado asustado no lo estaba.
