Los intentos de obtener licencia a cualquier precio en la Dirección de Tránsito de la Municipalidad

General
01/02/2010 a las 09:52
Lamentablemente algunas personas no han entendido a lo largo de sus vidas que existen situaciones que están reglamentadas por la ley y no pueden ni deben ser vulneradas.
Son conocidos los intentos de soborno a Carabineros por parte de conductores que pretenden “salvarse” de ser objeto de una multa por haber infringido la legislación, pero los uniformados no son los únicos quienes deben lidiar con gente que cree tener el poder para influenciar a otros, y a cualquier costo.
En la Municipalidad de Punta Arenas, específicamente en el Departamento de Tránsito, su director, Sergio Oyarzo (en la foto) reconoce que en innumerables oportunidades a lo largo de su trayectoria, ha debido enfrentar situaciones en que hombres y mujeres están convencidos que con dinero u otros “favores” pueden lograr lo que quieran.
Semanalmente le toca atender un promedio de 25 a 30 personas en su oficina por temas de licencias de conducir. “Un porcentaje de ellos con la intención de que modifique el resultado negativo que obtuvieron”, aseguró el profesional.
En ese momento es cuando se ha encontrado con personas que llegan a su despacho con ofertas que van en contra de la ley y las cuales el director afirma que “jamás las he aceptado porque de lo contrario no tendría moral para hacer mi trabajo”.
De hecho, reconoció que “mi señora no tiene licencia de conducir ya que no está lo suficientemente preparada para rendir el examen práctico satisfactoriamente y los conocidos me dicen que cómo no hago algo para otorgársela, pero eso sería incorrecto. No lo he hecho y no lo haré”, enfatizó el director.
Uno de los ofrecimientos más descarados lo vivió cuando, en una oportunidad, un individuo tenía un inconveniente que debía definirlo Oyarzo y “este hombre, sentado frente a mi escritorio sacó su chequera y me dijo que tenía
$ 200.000 para solucionar el problema. Le dije que por favor se parara y saliera de mi oficina y que iba a entender esa actitud como un momento de
desesperación, porque de lo contrario lo iba a denunciar”, afirmó.
Este es sólo un ejemplo de lo que hacen algunas personas con buena situación económica pero sin valores, quienes creen que pueden quebrantar la ley a su antojo.
Son recurrentes las solicitudes para que cambie la fecha de la primera prueba que rindió un conductor, en la que reprobó, para que pueda pedir otra hora a la brevedad y así obtener el carné. “En esos casos les explico que eso es ilegal y que significaría romper un documento, algo que aquí no se hace bajo ninguna circunstancia”, agregó.
La reprobación de un examen implica aplicar una suspensión de 15 a 25 días, la que incluso puede llegar a seis meses en caso de reincidencia, tal como lo establece la normativa que reglamenta el otorgamiento de licencias de conducir.
Incluso, Oyarzo recordó que en otra oportunidad “una señorita, con tal de que le solucionara su problema, me invitó a ver un show en un local nocturno dejándome una tarjeta sobre mi escritorio”.
Agregó que “hay gente que trata por todos los medios conseguir la solución a su dificultad, y no me pasa sólo a mí, sino que también al resto de los funcionarios del departamento”.
En las reuniones de trabajo que Oyarzo tiene con los funcionarios del departamento, “siempre les hago presente que cumplimos una labor que es más sensible que otras y que ciertamente estamos expuestos a ofrecimientos como los que se han indicado, y en ese sentido,  debemos ser rigurosos en el cumplimiento de las disposiciones legales que regulan la materia, promoviendo permanentemente una conducta ética y moral intachable. Estoy seguro que es así. Tienen mi confianza”, expresó Oyarzo.
Un ejemplo de ello es que, en una oportunidad, el director no entregó una licencia de conducir por rechazo en la primera prueba, y al revisar los documentos que respaldaban el otorgamiento del documento se percató que era hija de un funcionario.
“Esto es una muestra, para mí, que las personas que están trabajando son responsables, porque perfectamente podrían haberla aprobado por ser hija de un colega que trabaja en el mismo departamento, que es lo que normalmente la gente podría pensar, pero no lo hicieron porque la joven no estaba preparada”, explicó.
Por si resulta
Asimismo, el encargado del departamento detalló que hay gente que no es tan directa para ofrecer recompensas por un “favor”.
Algunas personas optan por llamarlo por teléfono y decirle “¿Cómo lo podemos arreglar?”, “Conversémoslo” o “Estoy dispuesto a hacer cualquier cosa para solucionar este problema”.
Sin duda, esta actitud le ha hecho ganar varios comentarios ácidos hacia su persona, lo que le hace pensar a Oyarzo que “pareciera que hoy ser correcto es algo anormal. Estoy seguro que en el sector público y municipal hay muchos funcionarios que hacen su trabajo en forma correcta y honrada”, concluyó el director del Departamento de Tránsito.

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