Observar para ser mas y mejores por Víctor Corcoba Herrero

General
01/02/2010 a las 10:25
El que mucho observa, mucho sabe, porque es capaz de discernir. Es sabiduría popular. La verdad que todo habla de todo, que todo tiene un sentido, que todo es el resultado de un cambio. Sólo hace falta escuchar, meditar, penetrar en el escenario de la vida, ver más allá de los silencios y reconocer los signos de las épocas. Es cierto que las ciencias de la observación describen y miden cada vez con mayor exactitud las múltiples manifestaciones de la existencia humana; pero también es incuestionable que las gentes del campo, observadores de la naturaleza a diario, conocen el lenguaje de la tierra como pocos. Quizás el mundo agrícola sea el primero en intuir las adversidades atmosféricas y en sufrir los desastres que ocasionan. Son los efectos de la irresponsabilidad de un desarrollo que contamina a más no poder. A poco, pues, que uno observe sentirá el gemido de la tierra, los campesinos aparte de sentirlo lo viven en primera persona, mientras los destructores del patrimonio natural siguen en faena. Ya es hora de abrir los ojos, de prestar atención a lo que dicen aquellos que cultivan la tierra y la protegen, de aguzar los sentidos, de no perder de vista a los que contaminan.
Con frecuencia la acción internacional para combatir el hambre o los desastres naturales ignora el factor de irresponsabilidad humana con la naturaleza. Creo que es necesario implicar a los poderes, y agentes sociales de las diversas naciones, en las opciones y decisiones que atañen al uso de la tierra, pues muchas veces terrenos que son de cultivo se orientan hacia otros desarrollos, provocando en ocasiones efectos tremendos contra el medio ambiente. Ha llegado el momento de considerar al hábitat con más estima de lo que venimos haciéndolo y de reforzar los lazos de solidaridad con las poblaciones afectadas. La pregunta surge por sí misma, con la mera medida y registro de los hechos observables: ¿cómo hacer para que la solidaridad triunfe sobre el dolor y la desdicha? De palabra es fácil dar respuesta, pero luego los hechos son los que son, y la perspectiva solidaria se va desmembrando por egoísmos del propio sistema productivo, o debido a posiciones políticas e ideológicas que fomentan la xenofobia o el cierre arbitrario e injustificado de fronteras. Si en verdad, el espíritu solidario estuviese enraizado en el mundo, no habría gente que vive en condiciones infrahumanas como los internos del principal hospital psiquiátrico de Puerto Príncipe. Conclusión: despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien porque sí, importa más que el vocearlas y más que el hacerlas por compasión.

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