
La charla que el técnico de la Selección Chilena Marcelo Bielsa ofreció ayer, generó interés,... incluso en gente que con suerte ve partidos sólo cuando juega La Roja. Muchos llegaron por la curiosidad de conocer el pensamiento de este hombre que en el último tiempo entregó prestigio al balompié nacional. Este ciclo, hasta ahora exitoso, era el motivo del interés y que genera una suerte de “endiosamiento” y rol de Mesías que claramente, a Marcelo Bielsa humano le genera incomodidad.
Sus primeras palabras denotaban esa sensación: “Agradezco la distinción que tienen para conmigo, primero invitándome y luego asistiendo tanta gente a escucharme. Siempre cualquier distinción como es esta de ubicarme donde estoy para dirigirme a ustedes, se agradece. Sin embargo, creo verdaderamente que no es merecida”.
Este fue el inicio de unas charla que se extendió por casi una hora y media, y cuyo concepto primario estuvo relacionado con la definición del “triunfalismo”, que consiste ubicarse en un momento de éxito, ignorar lo que pasó antes y considerar que el éxito se mantendrá, lo que según él, es dañino para las personas.
Para Bielsa, la relación causa-efecto se produce en diferentes ámbitos de la vida, pero no en el mundo del cual proviene. “En el fútbol, una misma causa produce efectos diferentes. Lo que hoy es verdad, dentro de diez días deja de serlo y se convierte en mentira según los resultados”, lo que explicaría el carácter universal que tiene este deporte.
Con respecto al liderazgo, Bielsa cree que el conductor tiene que aspirar a que lo que consiga, se mantenga en el tiempo, que exista una uniformidad. Por ello, es fundamental, según su visión, vincular convicción con recursos.
En muchas ocasiones, el rosarino criticó el mensaje que se entrega a la sociedad a través de los medios de comunicación, “ya que se reconoce más el fin del recorrido que el desarrollo”, dando paso al tema de la tolerancia.
Durante el desarrollo de su ponencia, el técnico de La Roja eludió ejemplificar con anécdotas y vivencias y prefirió la explicación profunda de los conceptos, los que a pesar de su densidad fueron escuchadas con atención en todo momento, incluso soslayando la caída que sufrió y que tomó con humor, lo que generó los primeros aplausos de parte de la audiencia.
Conceptos como ejercicio del poder, diversidad, disciplina, autoridad y la diferenciación que estableció entre organización y espontaneidad fueron la base de su charla, que desarrollaba a través de largos trazos dibujados en una pizarra.
Dos sorpresas entregó su charla: primero negar que sea un obsesivo que se le achaca por la falta de tolerancia a la diversidad, y que inhiba la creatividad de sus dirigidos a través de esquemas que, para el que lo ve desde fuera, se ven sumamente estructurados.
Una exposición que terminó con algunas preguntas de parte de la audiencia, donde se mostró más relajado y tranquilo que cuando tiene que afrontar las consultas periodísticas, donde desde su apariencia se ubica en una posición más defensiva. Prueba de ello fue la conferencia de prensa posterior, donde eludió dar respuestas concluyentes con respecto al proceso previo a la participación de Chile al Mundial de Sudáfrica 2010. Sin embargo, para el recuerdo quedará la entrega de sus ideas, que lo han acompañado en el éxito y que han sido su principal soporte en el fracaso.