
“El Ictiosaurio tiene que ser parte de la identidad magallánica”, enfatizó el paleobotánico del Instituto Chileno Antártico (Inach), Marcelo Leppe en una presentación que se efectuó ayer en el edificio del organismo con el objetivo de explicar la magnitud del hallazgo de los fósiles en el glaciar Tyndall del Parque Torres del Paine.
Si bien haber encontrado un ejemplar de la especie con un embrión en su interior y otro del período Jurásico fue una buena noticia para los científicos que están participando del proyecto “Ictiosaurios del Jurásico superior - Cretácico inferior en el Parque Nacional Torres del Paine”, que también se hayan obtenido restos de médula fue una sorpresa que posesiona a la región como uno de los centros para el estudio de este reptil.
“Es primera vez que se encuentran tejidos blandos en este lugar. Ocurre en muy pocas localidades y la convierten en un tesoro paleontológico”, afirmó el alemán especialista en esta materia, Wolfgang Stinnesbeck.
Pero eso no fue lo único que destacó. También se refirió a la cantidad de hallazgos conseguidos durante los campamentos que se han efectuado a lo largo de los tres años que llevan realizando la investigación.
“Encontrar más de 30 ejemplares completos y semi completos es algo extraordinario en el mundo científico. Convierte a Torres del Paine en uno de los tres lugares con más diversidad de ejemplares. Esto es un cementerio de Ictiosaurios”, aseguró el europeo.
El científico del Museo de Historia Natural de Karlsruhe, doctor Ederhard “Dino” Frey, compartió la opinión de su colega, y agregó que “es maravilloso encontrar un lugar así, con esa cantidad de restos, pero lo que más nos ha llamado la atención es que hemos identificado cuatro tipos de estas especies, algo que no ocurre en otras partes”.