
El 11 de marzo Sebastián Piñera asumirá como Presidente de Chile por el período 2010-2014 y ese mismo día está previsto que lo hagan los senadores electos de las regiones impares del país, claro que con dos horas de anticipación. En total, se han cursado 168 invitaciones: tres para cada uno de los senadores que siguen en ejercicio y seis para aquellos que ingresan a la Corporación.
A las 9.45 horas del jueves 11 de marzo la Sala del Senado realizará su sesión de instalación presidida por el titular de la Cámara Alta, Jovino Novoa. En ella se le tomará promesa o juramento a los 18 senadores electos en los últimos comicios parlamentarios.
Después de dicho proceso, corresponderá elegir al nuevo presidente y vicepresidente del Senado, en lo que podría ser la elección más compleja de los últimos años, sobre todo pensando en el difícil momento que atraviesan los integrantes del conglomerado oficialista que ostentó el poder por dos décadas (DC, PS, PPD y PRSD) y que hoy caminan como soldados heridos después de la batalla buscando refugio donde guarecerse preguntándose todavía qué fue lo que sucedió. En su momento alguien dijo por ahí que el poder era lo que había mantenido unidos a los integrantes de este conglomerado y que ahora sin él estaba destinado a su extinción.
A esto se le suma la potente crisis interna que vive la Democracia Cristiana, con la deserción de algunos insignes militantes como Jaime Ravinet, quien fuera designado hace ya casi una semana como ministro de Defensa del futuro gobierno de Sebastián Piñera.
A él se le podrían sumar otras figuras concertacionistas como ya lo ha anunciado el futuro ministro de Interior, Rodrigo Hinzpeter, en lo que serán las designaciones de subsecretarios y otros cargos de confianza. ¿Cuál será la reacción de la DC y los demás partidos cuando vean dichos nombres? ¿Insistirán en repudiar a los que tomen esa decisión? ¿Saldrán nuevamente a catalogar, ahora como rebaño de ovejas negras y traidores a los nombrados?
En tanto, hay otros que han dicho que la Concertación ya no da más y que está acabada como en el caso del ex DC Jaime Revinet: “La Concertación está acabada, por eso lo que le corresponde a mi ex partido es hacer una profunda reflexión sobre su futuro y armar una política de pactos, que no esté marcada por coyunturas electorales, sino que por afinidades programáticas”, precisó.