
Sin duda la recuperación económica viene de la mano del conocimiento, pero no de teorías interesadas, sectarias, que atrofian a la persona y no le permiten algo tan básico como poder pensar por si mismo. El mayor cinismo del tiempo actual es decir que se trabaja por el bien común, cuando lo que se persigue en la mayoría de las veces es un interés individual o sectorial. De nada sirve innovar en las empresas o invertir en las personas, si la formación que se transmite fomenta luchas sin sentido de unos contra otros, en lugar de afianzar lo que somos, ciudadanos dependientes. O si la formación tiene una visión cerrada, irrespetuosa con el ser humano. Desde luego, no se está transmitiendo un auténtico conocimiento sin una profunda aceptación por el ser humano, sin una relación de pertenencia. Por ello, tan importante como crear empleo es mantener los derechos de los trabajadores y la protección social. Expandir un conocimiento respetuoso con el individuo debe ser una estrategia prioritaria. Será la mejor manera de combatir la discriminación y la xenofobia y de favorecer la integración social.