
Entre rampas, hoyos, obstáculos y saltos, los jóvenes aficionados a las motos y las bicicletas de la ciudad, se han tomado un espacio público de la villa El Bosque, para realizar sus prácticas deportivas.
“Hace una semana que venimos construyendo el circuito. Lo hicimos entre nosotros con palas y otras herramientas”, señaló un entusiasta niño mientras se aprontaba a realizar sus acrobacias.
La iniciativa de estos jóvenes puntarenenses no deja de llamar la atención, ya que el supuesto parque de piruetas sobre ruedas no cuenta con las medidas de seguridad, ni con la correcta supervisión fiscalizadora que se merece una construcción de estas características. Si a esto le sumamos el impacto social que provoca esta intervención urbana, al tratarse de la modificación de un espacio público en un sector residencial, estamos claramente en presencia de una actividad riesgosa y problemática para los vecinos del lugar.
Habitantes del sector se manifestaron con respecto a esta situación, indicando que el problema comienza cuando son las motos las que llegan al lugar. El ruido que provocan los motores se siente desde muy lejos y genera molestias para quienes transitan por tal zona urbana. Referido a estas controvertidas opiniones, los adolescentes se manifiestan, indicando que necesitan más lugares para la práctica de deporte. “Nos gustaría tener otro lugar diferente, algo más elaborado, más profesional, porque esta plaza la hicimos nosotros, y sabemos que no es un lugar apto para entrenar, pero a la vez nos gusta mucho este deporte y lo vamos a seguir haciendo”.
La incómoda situación genera opiniones encontradas y abre el debate sobre la implementación y construcción, por parte de las autoridades locales, de más lugares para desarrollar actividades deportivas y esparcimiento sano, como lo son la bicicleta y las motos.