
“Estamos hablando de una tragedia”, comenzó diciendo la Jefa de Estado. Agregó que “los ministros tienen la misión de hacer un catastro de las diversas áreas (...) se ha postergado el inicio de la entrada a clases”. Además, informó que la Junaeb de igual manera entregará los alimentos a los estudiantes.
“Una vez más, ¡Fuerza Chile!”, terminó diciendo la Mandataria.
Minutos antes, Piñera dijo: “Hemos tenido la oportunidad de reunirnos con el gobierno, conversar con los intendentes y les hemos ofrecido toda nuestra ayuda (...) Adicionalmente vamos a seguir preparándonos para asumir el gran desafío de la reconstrucción”.
A esa misma hora el pánico cundía en las instalaciones de la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi), a cuya directora, Carmen Fernández, ya le habían informado que la cifra de muertos superaba los 300 y que incluso antes de la medianoche podría subir mucho más. Sólo a las 22.58 horas, Fernández admitía la cifra: “Esto es completamente dinámico, (varía) a medida que se va accediendo a determinados lugares”, señaló. Y recalcó que no antes de 72 horas habrá una dimensión real de la catástrofe.
A las 21.31 horas, el subsecretario del Interior, Patricio Rosende, confirmó que el Huáscar tuvo un desplazamiento de su lugar habitual, en la bahía de Talcahuano, pero “está a flote”, luego que se informara de la posible desaparición de la embarcación debido al fuerte oleaje.
Ante las constantes amenazas de desabastecimiento en gran parte del país, el ministro de Hacienda, Andrés Velasco, llamó a la tranquilidad, pues el gobierno tiene los recursos necesarios para enfrentar la catástrofe. “Los recursos para atender las necesidades de la gente van a estar (...) Los mecanismos legales existen y los ahorros necesarios están”, y podrán ser utilizados “inmediatamente”, dijo.