El lunes la intendencia regional dio a conocer un informe de la Contraloría Regional, en el que se explicitan numerosas anomalías e ilícitos en el proyecto de construcción del Monumento a la Goleta Ancud, entre los que destacaban la desviación de fondos públicos a cuentas personales y la adjudicación directa de la construcción a una empresa, contraviniendo una orden directa del Ministerio de Vivienda y Urbanismo (Minvu).
En la ocasión se le solicitó a la intendenta Liliana Kusanovic progresar con la realización de la idea original, y ejecutar un sumario para investigar toda la gestión administrativa del gobierno anterior.
Por su parte, el Gobierno Regional (GORE) informó que a raíz del recorte presupuestario, la comunidad chilota de Magallanes tendrá que seguir esperando por la realización de este reconocimiento, pues los fondos destinados a esta iniciativa fueron reasignados. La comisión, en tanto, se reunirá en un mes más para analizar los resultados del sumario y para dar una pronta solución a la ejecución del plan.
El presidente del Centro de Hijos de Chiloé,  Rigoberto Díaz se mostró muy molesto por esta situación y dijo que una reunión determinarán cuáles van a ser los pasos a seguir, “nosotros vamos a ver como podemos presionar, porque no nos vamos a quedar con los brazos cruzados esperando que esto se dilate una vez más”, señaló.
Según pudo constatar en terreno Diario El Pingüino diversas son las opiniones respecto de este tema, pero mayoritariamente estas se inclinan porque el monumento que recuerda esta memorable hazaña, donde 23 intrépidos navegantes (21 hombres y dos mujeres), se construya tal cual como  estaba previsto.
En 1843 Chile ejercía su jurisdicción legal y administrativa desde Copiapó por el norte hasta el Archipiélago de Los Chonos por el sur. Las tierras más australes si bien, se entendían como parte del territorio desde la conquista española, las autoridades sólo se habían limitado a actos de posesión aislados y sin peso jurídico. Pues resulta imperioso romper con este anonimato, un hecho no menor es que la gran mayoría de los chilenos desconozca el rol fundamental que cumplió el capitán Juan Williams al anexar el 50% del territorio nacional y que sus restos descansan en el cementerio de Valparaíso, como se diría en buen chileno sin pena ni gloria alguna. Una situación similar vive Bernardo Philippi, quien falleció en una emboscada en Punta Arenas en el sector de Cabeza del Mar.