
Al mando del primer comandante, Pedro Alvarado, voluntarios de tres compañías (3ª, 4ª y 7ª) concurrieron al llamado de emergencia, que daba como lugar amagado calle Rómulo Correa Nº 0855, una vivienda de propiedad de Víctor Latorre, quien dijo no tener seguros comprometidos. Pero la casa se la arrendaba a Gerardo Cabello, quien la habitaba con su mujer y los tres niños.
El combate del fuego se extendió por un largo rato y los daños que dejó esta desgracia fueron totales. Lo más importante es que al declararse la emergencia en la casa no había nadie, evitando esto una desgracia de proporciones. El jefe de familia había ido al colegio a retirar al hijo mayor.
Carabineros, Gasco, Edelmag y el Samu, también acudieron al siniestro.